El uso de las huellas dactilares como método de identificación se basó en el hecho de que las huellas dactilares de cada persona son únicas y no cambian con el tiempo. Esto hace que las huellas dactilares sean una forma ideal de identificar a las personas, incluso si están disfrazadas o intentan ocultar sus identidades.
Las huellas dactilares se crean mediante las crestas y valles de la piel de los dedos. Estas crestas y valles se forman por la forma en que se pliega la piel durante el desarrollo embrionario. El patrón de crestas y valles es único para cada individuo y permanece sin cambios durante toda la vida, incluso si cambia el tamaño o la forma de los dedos.
El uso de las huellas dactilares ha revolucionado el campo de la investigación criminal y ha ayudado a resolver innumerables delitos. Es una herramienta poderosa que todavía utilizan hoy los organismos encargados de hacer cumplir la ley en todo el mundo.