Portabilidad:Las hojas de papiro se hacían a partir de los tallos de la planta de papiro, que se cortaban en tiras finas y se tejían. Esto dio como resultado un material flexible que podía enrollarse en rollos, lo que facilitaba su transporte y almacenamiento. Las tablillas de arcilla, por otro lado, eran pesadas y voluminosas, lo que las hacía más difíciles de transportar.
Capacidad de escritura:el papiro tenía una textura más suave y consistente en comparación con las tabletas de arcilla. Esto facilitó la escritura en papiros con pluma de caña y tinta, lo que permitió una escritura más rápida y precisa. La superficie de las tablillas de arcilla, por otro lado, era más dura y requería un lápiz para escribir caracteres cuneiformes, lo cual era un proceso más lento y laborioso.
Durabilidad:Las láminas de papiro eran generalmente más duraderas que las tablillas de arcilla. Cuando se almacenan en condiciones secas, los papiros pueden durar varios siglos, como lo demuestran los papiros antiguos que han sobrevivido hasta el día de hoy. Las tabletas de arcilla, por otro lado, eran susceptibles a romperse y podían romperse fácilmente si se caían o se manipulaban mal.
Versatilidad:el papiro era versátil y podía usarse para una variedad de propósitos, incluidos escribir cartas, obras literarias, registros administrativos e incluso obras de arte. Las tablillas de arcilla, si bien se utilizaban principalmente para registrar transacciones administrativas y legales, no eran tan adecuadas para otros tipos de escritura debido a sus limitaciones en términos de capacidad de escritura y formato.
Abundancia:El papiro estaba disponible en el antiguo Egipto, donde crecía abundantemente a lo largo del río Nilo. Esto lo convirtió en un material de escritura rentable y accesible. La arcilla, por otro lado, no era tan abundante y requería conocimientos y habilidades más especializados para prepararse.
Estas ventajas contribuyeron a la adopción generalizada del papiro como material de escritura en el antiguo Egipto y otras partes del mundo antiguo, contribuyendo en última instancia al rico legado de literatura, ciencia y registros administrativos que han sobrevivido hasta nuestros días.