La ciudad libre de Nuremberg fue uno de los lugares de residencia favoritos de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Luis de Baviera, que reinó entre los siglos XIII y XIV, celebró Cortes en más de sesenta ocasiones en este imponente castillo. También en sus salones se celebraron numerosas dietas imperiales.
El lugar también se convirtió en un centro político y cultural del pueblo alemán cuando se aprobó la Bula de Oro, en la que se obligaba a celebrar la primera dieta de cada nuevo emperador en la ciudad. La importancia imperial de Núremberg se completó cuando en 1423 el emperador Segismundo ordenó el traslado de las joyas imperiales a Núremberg para almacenarlas allí.
El partido nazi persiguió la restauración del Imperio Alemán. Siguiendo sus creencias medievales, que han perdurado hasta nuestros días a través de la teología cristiana protestante, la sangre, hoy personificada en la cultura y la lengua, transmite derechos y deberes. La ideología nazi propugnaba el resurgimiento del pueblo alemán, por lo que hubo que buscar la grandeza de ese pueblo en el pasado.
La arqueología y la historia fueron herramientas utilizadas durante mucho tiempo por los propagandistas nazis para justificar sus políticas. Elementos identitarios como el castillo imperial de Nuremberg fueron utilizados de forma recurrente en su propaganda.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo fue destruido por los ataques aéreos aliados. Sin embargo, la construcción se volvió a levantar después de la guerra. Hoy en día es uno de los lugares turísticos más visitados de la ciudad de Franconia.
Cómo llegar al Castillo Imperial de Nuremberg
El Castillo Imperial de Nuremberg se encuentra en el centro histórico de la ciudad, por lo que la mejor manera de llegar es a pie. Alternativamente, utilice la línea de tranvía T4 hasta Tiergärtentor. detener. .