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¿Y si los griegos no hubieran existido?

Menos preocupaciones existenciales, menos obras de arte y el hombre al fondo. Así sería el hemisferio occidental si la civilización griega nunca hubiera existido. "La sociedad sería menos reflexiva y racional. Viviríamos sólo de fe", afirma José Leonardo Nascimento, profesor de la Universidad Estadual Paulista. Imaginar una situación como ésta no es tarea fácil. Después de todo, la influencia griega en Occidente es profunda y vasta. Por otro lado, pensar en esta hipótesis sólo es posible gracias a los griegos, ya que entre ellos nació la reflexión intelectual y no hay duda de que este es su mayor legado.

La conciencia del hombre de sí mismo y de los fenómenos que lo rodean no se produjo sólo en Grecia, sino que fue allí donde, en virtud de una cultura dedicada a la figura humana, se desarrollaron explicaciones racionales como las matemáticas, la medicina y las ciencias. filosofía", afirma Donaldo Schüller, profesor de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Para él, la base de todo malestar humano proviene de este proceso de racionalización de la naturaleza. "Los griegos del siglo VI a.C. abandonaron las soluciones metafísicas y espirituales del mundo y buscaron explicaciones racionales para los acontecimientos que influyeron en sus vidas. Este es el comienzo de la ciencia tal como la conocemos. Por lo tanto, sin los griegos nadie se devanaría los sesos tratando de conocerse, lo que sería la muerte de cualquier corriente filosófica", afirma Schüller.

El antropocentrismo –palabra griega que significa hombre como centro de todo– es otra herencia de ese pueblo. Según José Leonardo Nascimento, este concepto fue fundamental para la definición del pensamiento occidental, influyendo en varias áreas del conocimiento, desde las artes hasta las religiones. Una idea original y única en todo el mundo.

A pesar de toda su importancia en el mundo antiguo, la cultura griega y sus influencias estuvieron latentes durante la Edad Media, cuando prevalecían los sentimientos religiosos y místicos. "Pensar en un mundo sin influencia griega es pensar en la Edad Media hasta el Renacimiento", dice Nascimento.

Las medidas del hombre (antropometrismo), sus rasgos y expresiones, pasaron a ser utilizadas en las artes plásticas y a servir de referencia para nuestras creaciones mitológicas y religiosas", afirma Nascimento. La idea de representar al hombre tal como es no En cambio, las artes estarían pobladas de manifestaciones alejadas de la realidad, como las colosales obras egipcias. Imaginemos esta tendencia aplicada a la arquitectura. Tendríamos construcciones monumentales, adecuadas a las dimensiones de los dioses y no a las del hombre.

Es difícil imaginar qué serían las artes occidentales sin todas las referencias clásicas. "Sin Grecia, tendríamos el embotamiento de la cultura de los sentidos", afirma Nascimento. Es decir, las artes no tendrían como referente al hombre y prevalecería otro tipo de modelo. "Con el arte egipcio como estándar, por ejemplo, nuestra imaginación estaría llena de figuras descomunales, con apariencia divina y animal", explica.

Además de en las artes, esta forma de ver el mundo fue definitiva en los campos de la ciencia y la religión. Doctores del cristianismo, como Santo Tomás de Aquino y San Agustín, fusionaron el pensamiento griego con los fundamentos de la religión. Sin la influencia griega, el cristianismo sería mucho más austero, menos proclive al sincretismo y, sobre todo, sin las figuras de los santos. Quizás no llegaría a ser la religión predominante en la tierra. Sin la filosofía clásica, el cristianismo sería poco más que una secta neojudía.

Para el profesor Schüller, el hombre occidental sería otro. Conciencia sobre nosotros mismos, nuestros miedos, traumas y deseos también. "Freud probablemente tendría otro trabajo. El hombre que se enfrenta a sus límites es una invención griega", afirma. Una situación impensable desde el punto de vista del budismo, por ejemplo, ya que la doctrina oriental suprime el deseo en la búsqueda de la tranquilidad de espíritu.