
Por mí. Cláudio Fernandes
El pensamiento del filósofo de la Ilustración francesa Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) fue uno de los más comentados y, por tanto, más controvertidos de la filosofía moderna. Son varios los autores que destacan numerosas contradicciones entre las propuestas que Rousseau elaboró para la transformación de la moral, la sociedad y la política y su propia conducta personal.
Sin embargo, además de las polémicas, el pensamiento de Rousseau fue uno de los más influyentes para la generación de filósofos y científicos sociales de los siglos XIX y XX que se propusieron reflexionar sobre los fundamentos de la sociedad, así como sus contradicciones, como la explotación, la violencia y la desigualdad.
Los principales aspectos que definieron el pensamiento sociales Las de Rousseau fueron:la concepción de que la naturaleza humana es buena (lo que lo oponía directamente al filósofo del siglo XVI Thomas Hobbes ) y que, derivado de esta concepción, es la sociedad quien la corrompe. La bondad natural del hombre sería entonces, para este filósofo francés, gradualmente destruida y corrompida por la civilización. Sería, por tanto, necesario reducir el poder del Estado soberano sobre los ciudadanos libres, que se organizarían en la forma del contrato social, libres de las imposiciones del Estado y articulados en los principios de la sociedad civil. Su pensamiento inspiró tanto a liberales como a socialistas del siglo XIX, además de ser uno de los fundamentos del proceso revolucionario francés de finales del siglo XVIII.
Uno de los principales oponentes a las ideas de Rousseau fue el filósofo irlandés Edmund Burke (1729-1797), quien defendió la posición de que Rousseau y los revolucionarios franceses no habían comprendido la “naturaleza humana”, cuyo orden moral sería trascendente y no sujeto a alteración por la voluntad humana.
La principal obra de Rousseau que expresó su pensamiento social fue el Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres, publicado en 1755, del que destacamos, a continuación, un pasaje decisivo:
“El verdadero fundador de la sociedad civil fue el primero que, después de cercar un terreno, se acordó de decir esto es mío y encontré gente lo suficientemente simple como para creerlo. Cuántos crímenes, guerras, asesinatos, miserias y horrores no se ahorraría el género humano que, arrancando las estacas o llenando el foso, había gritado a sus semejantes:'Cuidado con escuchar a este impostor; estás perdido si olvidas que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie.' [...]”. (ROUSSEAU, Jean-Jacques. Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres. En:Rousseau. São Paulo:Abril Cultural, 1978.)
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