Hoy en día las palomitas son el 'snack del día' cuando vamos al cine. Pero en la Inglaterra del siglo XVI, las ostras, las nueces y las frutas eran el consumo preferido durante las actuaciones.
Los arqueólogos británicos llegan a esta conclusión tras un estudio muy detallado de los teatros isabelinos. Examinaron miles de semillas, granos y fragmentos de cáscaras de nueces, crustáceos, peces y huesos de animales encontrados en el sitio excavado de la casa de juegos Rose.
Según el estudio, los asistentes al teatro comieron cantidades significativas de mariscos como ostras, cangrejos, almejas, mejillones, bígaros y percas. Las nueces, avellanas, pasas, ciruelas pasas, cerezas, higos secos y melocotones también eran bocadillos populares. Los fanáticos de Shakespeare y Marlowe del siglo XVI también disfrutaron de grandes cantidades de pastel de saúco y grosella negra.
Bienes importados
Probablemente algunos espectadores también fumaron en pipa. Los arqueólogos encontraron restos de tabaco originarios del Nuevo Mundo. Esto es notable, ya que el tabaco se había introducido en Inglaterra sólo unos años antes de esa época. Los arqueólogos también descubrieron semillas de calabaza. Esta fruta también era originaria de América.
Clase
El resultado de la investigación es excepcional. Los arqueólogos concluyen que se puede hacer una distinción entre clases en función de la comida rápida consumida. La parte adinerada del público pagaba 6 peniques por la entrada y podía permitirse un asiento en la galería. Podían darse un festín con lujosos bocadillos importados, como pasas, higos secos y melocotones. A la población promedio se le permitió ver la obra por 1 centavo de entrada desde un campo, justo en frente del escenario. Allí se reciclaron miles de cáscaras de avellanas como basura molida para que no tuvieran que permanecer en el barro. En este lugar se encontraron con frecuencia restos de alimentos menos escasos, como ostras y otros productos locales.