Los críticos de Pullman argumentaron que él era un "magnate ladrón" porque:
* Explotó a sus trabajadores: Los trabajadores de Pullman recibían salarios bajos y trabajaban muchas horas en condiciones peligrosas. También vivían en viviendas propiedad de la empresa, que a menudo estaban superpobladas y eran insalubres.
* Sindicatos reprimidos: Pullman se oponía a los sindicatos y utilizó una variedad de tácticas para impedir que sus trabajadores se organizaran. Despidió a los trabajadores que intentaron sindicalizarse, incluyó a miembros del sindicato en una lista negra y contrató rompehuelgas.
* Usó el poder del gobierno a su favor: Pullman tenía estrechas relaciones con políticos y utilizó su influencia para conseguir un trato favorable para su empresa. Recibió subsidios gubernamentales, concesiones de tierras y exenciones fiscales.
Los críticos de Pullman argumentaron que sus acciones eran explotadoras y que se preocupaba más por las ganancias que por el bienestar de sus trabajadores. Creían que era un símbolo de los excesos del capitalismo y que representaba una amenaza al estilo de vida estadounidense.
Los partidarios de Pullman, por otro lado, argumentaron que era un hombre de negocios visionario que ayudó a dar forma a la economía estadounidense. Señalaron que creó empleos, proporcionó viviendas a sus trabajadores y mejoró la calidad del transporte. También argumentaron que era un filántropo que donaba dinero a organizaciones benéficas y apoyaba a instituciones educativas.
A pesar de la controversia que lo rodea, Pullman sigue siendo una figura importante en la historia de Estados Unidos. Sus contribuciones a la industria del transporte fueron significativas y ayudó a dar forma a la forma en que viajaban los estadounidenses. Su legado, sin embargo, es también de explotación y conflicto laboral.