El Terror Rojo estuvo estrechamente relacionado con el ascenso del senador Joseph McCarthy, un republicano de Wisconsin que se hizo famoso por sus acusaciones agresivas e infundadas de infiltración comunista en el gobierno, Hollywood y otras áreas de la vida estadounidense. Las tácticas de McCarthy, que a menudo implicaban hacer acusaciones sin fundamento sin proporcionar pruebas concretas, se conocieron como macartismo.
McCarthy utilizó su posición como senador para iniciar una serie de investigaciones y audiencias destinadas a exponer a presuntos comunistas y sus simpatizantes. Obtuvo atención nacional en 1950 con su discurso en Wheeling, Virginia Occidental, en el que afirmó tener una lista de comunistas que trabajaban en el Departamento de Estado. Aunque McCarthy nunca proporcionó pruebas sustanciales para respaldar sus afirmaciones, sus acusaciones arruinaron las carreras y reputaciones de muchas personas inocentes y crearon una atmósfera de miedo y sospecha.
El Terror Rojo tuvo un profundo impacto en la sociedad y la política estadounidenses. Condujo a la inclusión en listas negras de presuntos comunistas y presuntos simpatizantes comunistas en Hollywood, el mundo académico y otras profesiones. Las personas acusadas de comunismo o simpatías comunistas podrían perder sus empleos, negarles autorizaciones de seguridad o incluso ser incluidas en la lista negra de empleo. El Terror Rojo también contribuyó al aumento del sentimiento anticomunista en la política exterior estadounidense, lo que provocó mayores tensiones con la Unión Soviética y la Guerra Fría.
El miedo rojo y el macartismo siguen siendo importantes hoy en día como recordatorios de los peligros del miedo y la paranoia desenfrenados, y de la importancia de defender los principios del debido proceso y las libertades civiles. Esta época sirve como advertencia sobre la posibilidad de que los demagogos exploten el miedo y la incertidumbre para obtener beneficios políticos, y la necesidad de estar atentos a la hora de proteger los derechos y libertades individuales, incluso en tiempos de crisis nacional.