* Recaudación de ingresos ineficiente: El gobierno inglés de Jaime I no fue muy eficaz en la recaudación de impuestos, lo que provocó una escasez crónica de fondos.
* Guerras: La participación de Jaime I en guerras costosas, como la Guerra de los Treinta Años, también contribuyó a sus problemas económicos.
* Falta de desarrollo económico: La economía inglesa estuvo relativamente estancada durante el reinado de Jaime I, lo que significó que había menos riqueza disponible para pagar impuestos.
* Conflictos religiosos: Los intentos de Jaime I de imponer la uniformidad religiosa también provocaron dificultades financieras, ya que muchos de los disidentes religiosos se negaron a pagar impuestos.