Alrededor del año 1000 a.C. se acuñaron las primeras monedas en Lidia (actual Turquía). Estas monedas estaban hechas de electrum, una aleación natural de oro y plata. Las monedas se convirtieron rápidamente en la forma preferida de dinero porque eran más portátiles y duraderas que el dinero mercantil.
El uso de papel moneda o billetes de banco se originó en China durante la dinastía Tang (618-907 d.C.). Inicialmente, los billetes se utilizaban como forma de crédito, pero con el tiempo se convirtieron en moneda de curso legal. El papel moneda se extendió a Europa en el siglo XIII y se utilizó ampliamente en el siglo XVI.
El concepto moderno de dinero, como unidad de cuenta, medio de cambio y depósito de valor, surgió durante el siglo XVIII. Este concepto fue formalizado por los economistas clásicos, quienes desarrollaron teorías de la oferta y la demanda de dinero. El sistema monetario moderno se basa en dinero fiduciario, que es dinero emitido por un gobierno y no respaldado por ningún bien físico.