Historia de Europa

Segunda República

La Segunda República es una etapa de la historia de España que comienza el 14 de abril de 1931, fecha de la proclamación de la República y finaliza el 1 de abril de 1939 . En enero de 1930 le retiró la confianza de todos los sectores que lo habían apoyado. Primo de Rivera abandona el poder y se traslada a vivir a París. Totalmente destruido el régimen liberal tras la dictadura, incluso en su versión ficticia de alternancias entre conservadores y liberales, Alfonso XIII nombra al general Berenguer como nuevo presidente del Gobierno. El daño causado por la dictadura al sistema político fue enorme:no sólo impidió la normalización democrática del régimen de la Restauración, que podría haber incorporado a los sectores antes excluidos, sino que también acabó con las estructuras dinásticas en las que se había basado la monarquía. hasta entonces. Libres de la opresión de la dictadura, los opositores al régimen, principalmente republicanos y socialistas, experimentarán un auge inesperado. El malestar social vuelve a las calles. Intelectuales, como Ortega y Gasset, Antonio Machado o Marañón, entre otros, se pusieron del lado de la república. Viejos y nuevos políticos como Niceto Alcalá-Zamora, Miguel Maura, Manuel Azaña o Alejandro Lerroux no ocultan su opción política ni su deseo de que salga elegido.

Pacto de San Sebastián

En agosto de 1930, las fuerzas republicanas acordaron la sustitución de la monarquía y las principales reformas que, una vez derribada, debían llevarse a cabo . Se trata del llamado Pacto de San Sebastián, en el que participan partidos como Acción Republicana, Acción Republicana de Cataluña, el Partido Radical, la Organización Republicana Autónoma Gallega (ORGA) o el Partido Republicano Radical Socialista, más un grupo de intelectuales que unir título propio. Su intención es, ante todo, conseguir la llegada del régimen republicano. La definición precisa de sus características y el diseño de sus instituciones quedan para futuras Cortes Constituyentes. Lo único que destaca, como concesión a los partidos catalanes firmantes del Pacto, es el compromiso de dotar a Cataluña de autonomía política.

Situación militar en la Segunda República

Segunda República

La dictadura ha provocado también una división en el ejército:frente a una mayoría conservadora, autoritaria y monárquica, han surgido grupos de republicanos y defensores de la democracia que, junto a los agraviados por motivos profesionales, se oponen a la monarquía. Como consecuencia de las diferencias y tensiones existentes, numerosas conspiraciones han buscado derrocar el régimen de Primo de Rivera. La conspiración del coronel Segundo García, en 1925, la sanjuanada de 1926 o el levantamiento del regimiento de artillería de Ciudad Real, en 1929, forman parte del extenso catálogo de intentos. A finales de 1930 los militares republicanos intentaron acabar con la monarquía mediante un consumado pronunciamiento en la ciudad de Jaca. Su fracaso convierte a Fermín Galán y Ángel García Hernández, jóvenes oficiales fusilados al día siguiente de su acción, en mártires del nuevo régimen que se anuncia. Tres días después del levantamiento de Jaca, el 15 de diciembre, la aviación volvió a intentarlo sin éxito, y los líderes políticos de ambas operaciones (Alcalá-Zamora, Fernando de los Ríos, Largo Caballero, Miguel Maura…) fueron encarcelados. Otros implicados en el intento de acabar con la dictadura (Azaña, Lerroux, Prieto...) logran escapar a Francia.

Elecciones 1931

Presionado desde todos los ángulos posibles, Berenguer, que no ha tenido tiempo de implementar su dictablanda , renunciar al poder. El almirante Aznar asume al frente del Gobierno en febrero de 1931 e inmediatamente, apenas dos semanas después de tomar el poder, traza un calendario electoral que comenzará el 12 de abril, día en el que tendrán lugar las elecciones municipales.
El anuncio de las elecciones y la movilización suscitada en torno a ellas las convierte en un plebiscito sobre la permanencia o no de la monarquía. Los candidatos republicanos y socialistas ganan en las ciudades, donde las elecciones ofrecen mayores garantías democráticas ya que el voto escapa al control de los jefes locales. En 41 capitales de provincia (Madrid, Barcelona, ​​Valencia, Sevilla...) las candidaturas republicano-socialistas se imponen a las monárquicas.

Proclamación de la República

El día 13, vista la evidencia de los hechos, se reúne el Consejo de Ministros. El conde de Romanones, miembro más destacado del último gobierno de la monarquía, aceptando el carácter plebiscitario de las elecciones, hace una precisa valoración de la situación que recordará en sus memorias:«mi tesis se reducía a mantener que aun suponiendo Y era demasiado suponer que el gobierno tuviera los medios para resistir, ni siquiera deberíamos intentarlo, porque la fuerza puede y debe usarse contra acontecimientos revolucionarios, pero falta fuerza moral para usar contra manifestaciones de sufragio. . El Mauser es un arma inadecuada contra el voto» . El día 14, al mismo tiempo que se iniciaba en Éibar (Guipúzcoa) la celebración por el resultado obtenido, celebración que inmediatamente se extendería a Barcelona y San Sebastián, el rey pidió a Romanones que estableciera contacto con los líderes republicanos. Tras hablar con Alcalá-Zamora, que había sido su secretario privado, y corroborar que el general Sanjurjo, al mando de la Guardia Civil, ha hecho saber que no seguirá apoyando al régimen monárquico, Romanones avisa al rey, tal y como exigen los dirigentes. Republicanos, a abandonar España inmediatamente. A primera hora de la tarde, mientras la multitud ondea banderas republicanas en la Puerta del Sol de Madrid, Alfonso XIII emprende el camino del exilio. Se dirige en coche hasta el puerto de Cartagena, donde embarcará la madrugada del día 15 hacia Marsella. De forma pacífica, sin violencia, el 14 de abril se proclama la República.

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Se forma una comisión para redactar un proyecto de nueva Constitución, acordando la supremacía legislativa (con cámara única), la independencia judicial, el reconocimiento y la autonomía de las regiones, Presidente de la República elegido por un período de seis años que nombra al jefe de el Gobierno, pero surgen desacuerdos a la hora de discutir la redacción definitiva del artículo 26, que pretende normalizar las relaciones entre el Estado y la Iglesia católica, en el que el Estado no podrá, en ningún caso, favorecer ni ayudar económicamente a las iglesias, asociaciones e instituciones religiosas. entre otros puntos. Se aprueba finalmente el 9 de diciembre de 1931. Alcalá-Zamora es elegido presidente de la República Española (1931 – 1936) un día después. Azaña es nombrado presidente del Gobierno.

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La autonomía catalana y la reforma agraria serían dos de los temas más importantes que abordaría la república. La prenda desempeñaría un papel destacado en la formación de la opinión pública. El esfuerzo educativo realizado por la república sería inigualable a lo largo del siglo XX. Diferentes partidos políticos defendieron los derechos históricos y la particular identidad catalana.
Tras una larga discusión, en septiembre de 1932 se aprobó el estatuto de autonomía catalán. En vigor hasta 1939 (con una breve pausa entre octubre de 1934 y febrero de 1936), sentaría las bases sobre las que se estructura la actual autonomía de Cataluña. En agosto de 1932, siguiendo el camino abierto por Primo Rivera, Sanjurjo ejecutó un golpe de estado que fracasó estrepitosamente. La pena de muerte a la que fue condenado sería conmutada por cadena perpetua. En 1933, un movimiento insurreccional fue duramente reprimido por la Guardia Civil, provocando una gran crisis en el gobierno de Azaña.

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Aunque sin mayoría suficiente, la CEDA de Gil Robles se impuso en las elecciones de 1933. La crisis económica internacional desatada tras el jueves negro La caída de Wall Street, en octubre de 1929, afectó a la consolidación de la democracia en España. El levantamiento revolucionario de octubre de 1934 fue sofocado en toda España excepto en Asturias, donde los combates duraron una semana. La fuerza del sindicalismo minero vinculado a la UGT permitiría el primer intento de revolución socialista en España. A la huelga general siguió una insurrección, que sólo fue sofocada tras la intervención de las tropas regulares y de la Legión.
El frente popular salió victorioso en las elecciones de 1936. Pero debido a los atentados que costaron la vida al teniente Castillo y Calvo Sotelo, que conmocionaron a la opinión pública, precipitó los planes de los militares golpistas.

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