Historia de Europa

Abd al-Rahman I, el príncipe errante. Personaje histórico.

Abd al-Rahman ibn Mawiya ibn Hisham (ibn significa "hijo de") nació en Damasco en 731, hijo del príncipe Muawiya y una concubina bereber norteafricana. Pertenece a la familia omeya.

Abd al-Rahman I, el príncipe errante. Personaje histórico.

El centro de poder omeya y sede del califato era Siria, y su corte estaba en Damasco. La dinastía llevó a cabo una gran expansión de los territorios bajo dominio árabe musulmán, controlaron las actuales Arabia, Irak, Irán, Palestina, Israel, Siria y Jordania, posteriormente se extendieron al Oeste hasta el Magreb y la Península Ibérica y al Este. a India y Pakistán. El califa omeya, que ostenta el poder político y religioso, difundió el Islam a lo largo de sus conquistas, pero no lo impuso por la fuerza, permitiendo a los conquistados seguir profesando su religión, a cambio de fuertes tributos, o convertirse en clientes (mawali) de los árabes. . Esto, junto con la opresión de los clanes rivales y el reparto de todas las posiciones de poder y botín entre los omeyas, conduce en 749 a una revuelta de los hashimíes (seguidores radicales y acérrimos del Islam) liderados por Abh Allah. En el año 750 la revuelta llega a Damasco con el propósito de exterminar a la familia omeya. Son perseguidos y ejecutados, incluso profanan las tumbas de antiguos califas. El actual califa, Marwan II, es decapitado en Damasco, pero el antiguo califa Hisham, abuelo de Abd al-Rahman, todavía está a tiempo de sacar de palacio a su nieto y al esclavo Badr y ponerlos a salvo.

Abh Allan traslada la capital a Bagdad y adopta el nombre de Abh al-Abbas y sus seguidores los Abbasíes (abbasis).

Abd al-Rahman y Badr (que siempre permanecerá con él) con la ayuda de los clientes de los omeyas huyen a Palestina y de allí al norte de África. Se refugia en la tribu bereber Nafza (cerca de Ceuta) de donde es originaria su madre. A partir de ahí empieza a gestarse la venganza del último omeya, sabe que en al-Andalus las aguas están revueltas. Envió a Badr a la península para establecer contactos con los sirios, clientes de los omeyas, los yemeníes enfrentados a Yussuf, emir dependiente de Bagdad, y los bereberes, acuartelados en las zonas más pobres y problemáticas. En agosto de 755, el príncipe errante decidió cruzar el estrecho y desembarcó en Nerja (Málaga). Mientras prepara el ejército, Abd al-Rahman entabla negociaciones con Yussuf. En mayo de 756, tras tomar Sevilla, decide partir hacia Córdoba, capital del emirato, para enfrentarse a Yussuf. La victoria va del lado de los seguidores del príncipe, incluso Yussuf es capturado. Le perdona la vida para poder ir a Bagdad y decirle al califa que al-Andalus es omeya (se arrepentirá más tarde, ya que Yussuf encabezará revueltas contra él). Todo parece ir bien hasta que un grupo de yemeníes decide entrar en Córdoba para saquearla y recoger el botín. Abd al-Rhaman los captura y los ejecuta como lección; no quiere enemistarse con los andaluces.

Conquistó Córdoba y se proclamó emir independiente como Abd al-Rahman I, príncipe de los creyentes. Eliminó a los abasíes de Bagdad de las oraciones y acuñó su propia moneda.

Al-Andalus comienza a brillar con luz propia, independiente de los abasíes de Bagdad. Está organizado administrativamente en siete provincias, apoyado por el hachib (primer ministro) y los visires (ministros). Los cadíes estaban a cargo de las ciudades y el consejo coránico se encargaba de las cuestiones religiosas y de la integración de las diferentes etnias de al-Andalus (árabes, bereberes, muladíes, mozárabes, judíos).

Tuvo que afrontar varias revueltas, yemeníes y bereberes, muchas de ellas conspiradas y dirigidas desde Bagdad. Contaba con un ejército de mercenarios que obedecían directamente al emir, de modo que ninguna tribu pudiera controlarlo. En 778 Sulayman, gobernador de Zaragoza, se rebeló contra Abd al-Rahman I y pidió ayuda a Carlomagno, rey de los francos. no lo entregó. A su regreso, su retaguardia fue masacrada por los vascones y las tropas del emir en Roncesvalles (Cantar de Roldán). El emir tomó Zaragoza y Carlomagno tuvo que conformarse con la creación de la Marca Hispánica (Cataluña y norte de Aragón) para frenar el poder musulmán.

Los musulmanes habían utilizado la mitad de la basílica visigoda de San Vicente como mezquita mayor, pero como era demasiado pequeña, el emir compró a los cristianos la parte que les correspondía, pagándoles cien mil dinares y autorizándoles, en compensación, para construir nuevas iglesias. En el año 785 se inició la construcción de la mezquita aljama de Córdoba (la joya de la corona andaluza). También construyó en las afueras de Córdoba un palacio similar al de Damasco y le puso el mismo nombre, al-Rusafa, donde al final de sus días estuvo recluido.

Su última decisión importante antes de morir (en 788) fue elegir como heredero a su segundo hijo Hisham, en detrimento de su primogénito Sulayman, ya que consideraba que Hisham era quien podía asegurar el mantenimiento del emirato. P>

Poco podemos añadir a sus últimos días, sólo que se volvió muy hosco y despótico (incluso expulsó de Córdoba a su fiel amigo Badr).

Abd al-Rahman I, el príncipe errante. Personaje histórico.

Fuente:Pasajes de la Historia y La Cruzada del Sur- Juan Antonio Cebrián, La Córdoba de los Omeyas – Antonio Muñoz Molina, Historia de la España musulmana – Anwar Chejne y España bajo la Luna Creciente – Angus Macnab.

Abd al-Rahman I, el príncipe errante. Personaje histórico.