Si hoy, estando informados al segundo e incluso contemplando directamente los hechos acontecidos, existen varias versiones de una misma realidad, qué decir de lo ocurrido hace siglos. Es difícil separar el trigo de la paja (la realidad del mito o leyenda) cuando las fuentes son escasas, confusas o de dudosa credibilidad. Esto es lo que pasó con la leyenda de la Papa Juana, la única mujer que se dice que fue Papa, y los posteriores bulos que se crearon en torno a ella.
Existen varias versiones de la leyenda y en distintas décadas, pero todas sitúan a Juana en el trono de San Pedro en el siglo IX. Al principio no tuvo problemas en seguir con el engaño, pero todo se esfumó cuando, en un paseo a caballo, rompió fuente… ¡El Papa estaba dando a luz! Pasó del asombro a la indignación, y de la indignación... a la lapidación.
Algunos creen ver en esta leyenda -por ser una leyenda urbana- una crítica a la degradación y corrupción de la Iglesia de la época que pudo haber llegado a nombrar una Suma Sacerdotisa en el trono de San Pedro. Y de esta leyenda nació el engaño:la Iglesia, para que esta situación no volviera a ocurrir, estableció una prueba que todos los Papas debían pasar:
Duos habet et bene pendentes
Cuando eran nombrados debían ocupar un asiento con un agujero por donde, si eran hombres, debían colgar sus genitales y un cardenal debía acreditar visualmente su hombría -otras versiones dicen que se comprobaba con el sentimiento- mientras gritaba Duos habet et bene pendientes (tiene dos y quedan bien). Ese asiento con un agujero existe, pero no tiene nada que ver con esta historia... es la sedia stercoraria , (silla de excrementos, donde se sentaban los Papas a… leer el periódico). A la difusión de este bulo, y de la leyenda anterior, contribuyeron obras de arte, como la que representa la prueba a la que fue sometido el Papa Inocencio X en la que un joven monje palpa, a través de un orificio lateral, la existencia de genitales o varios que inmortalizó el nacimiento de Papisa Juana.
Otra cosa, muy distinta, es lo ocurrido en el periodo comprendido entre el nombramiento de Sergio III en el año 904 y la muerte de Juan XII en el año 964, conocido como Saeculum Obscurum. (Edad Oscura) o Pornocracia tal como lo registra en sus Anales Eclesiásticos el cardenal e historiador del siglo XVI Cesare Baronio . Durante este período los Papas estaban bajo la influencia de dos prostitutas:Teodora y Mazoria , madre e hija.
Tras la muerte de León V, apoyado por la familia Spoleto y su primo Teofilacto, senador y magister militum de Roma, Sergio III fue elegido nuevo Papa en 904. Como recompensa, Teofilacto fue nombrado vestirarius. (el que controlaba las finanzas) y luego cónsul. Su esposa Teodora, llamada senatriz Desde Roma también apoyó al nuevo Papa… pero desde su cama, donde lo ayudó a tomar las decisiones más importantes. Con 15 años, y siguiendo los pasos de su madre, Mazoria también pasó por el lecho del mismo Papa con el que incluso tuvo un hijo, Juan. Tras la muerte de Sergio III, Teodora nombraría a los siguientes tres Papas:Anastacio III (911-913), Lando (murió después de 6 meses) y Juan X en 914. Dos años después murió Teodora y asumió Mazoria.
Además de Juan, Mazoria tuvo otro hijo, Alberico II, con su primer marido, Alberico I de los Spoleto. Sus desacuerdos con Juan X se produjeron poco después y, utilizando el poder de su segundo marido, Guy de Toscana, lo encarceló y murió en circunstancias misteriosas mientras estaba en prisión. Al igual que su madre, eligió a los siguientes tres papas:León VI (durante siete meses en 928), Esteban VII (928-931) y Juan XI (931-935), su propio hijo. Éste, otorgándole poder absoluto, la nombró senadora Patricia Romanorum. . Tras la muerte de su segundo marido, Mazoria intentó seguir ganando poder casándose con Hugo, rey de Italia, pero hubo un problema... su hijo Alberico II lideró la oposición a esa boda.
Alberico II asumió el título de príncipe y senador de los romanos y gobernó Roma. El día del compromiso de su madre con el rey Hugo, la hizo arrestar y encerrar hasta su muerte en el 936. El hijo asumió el papel de madre y continuó eligiendo Papas hasta que en el 955 nombró a su propio hijo, y por tanto nieto de Mazoria y bisnieto de Teodora, Juan XII que ocupará el trono de San Pedro hasta el 964.
Respecto a estos años, Liutprand , obispo de Cremona, escribió:
Cazaban a caballo con arreos de oro, comían abundantemente con los bailarines cuando terminaba la caza y se retiraban con estas putas desvergonzadas a camas con sábanas de seda, cobertores y bordados de oro. Todos los obispos romanos estaban casados y sus esposas confeccionaban prendas de seda con las vestiduras sagradas.