Que los niños escriban su carta a los Reyes Magos, durante los días previos a la noche del 5 de enero, es una costumbre muy arraigada en nuestro país; una tradición que hoy compite con otras introducidas por influencia extranjera, especialmente la de Santa Claus o Papá Noel. En cualquier caso, la carta dirigida a Sus Majestades de Oriente fue, y sigue siendo, el principal medio utilizado para elevar los deseos infantiles a mágicas alturas, como lo demuestran las que presentamos a continuación y cuya datación es difícil de precisar. Por la fecha de los documentos que preceden y siguen a nuestras cartas, podemos aventurar que fueron escritos entre 1916 y 1923. También es un dato de interés el hecho de que pertenezcan a un fondo nobiliario como el del condado de Almodóvar, tanto por el carácter excepcional de los obsequios solicitados, que por supuesto no eran accesibles al común de la población, así como por la elegancia y madurez psicológica que destaca en los textos, especialmente en cuanto al dominio del género epistolar y las fórmulas de tratamiento con las que niños se dirigen a sus majestades.
Es un conjunto documental compuesto por tres unidades, a saber:Las cartas del Rosario , Inés y Perico , cuya relación e identidad desconocemos por el momento. Rosario confía en que, como siempre, los reyes le traerán lo que pide. No sabemos cuántos años tiene pero pide nada menos que tres libros, dos de ellos en francés, pide también algo que hoy resulta casi desconcertante "un lavabo" y, por último, tiene la virtud cristiana de pidiendo una peseta para los pobres; Inés, menos elevada que Rosario, expresa su deseo de tener una muñeca con sus respectivos accesorios, también da muestras de su generosidad al pedir una trompeta y un triciclo para Jaime y “algo para Diego”; Finalmente, está la carta de Perico, un niño al que le intimida la idea de pedir sus regalos de Navidad a su edad (doce años):se conforma con "cinco pesetas de compensación" por lo gastado. Y ya está, porque Perico “no se atreve a ser más exigente (sic.)”
Queridos reyes, deseo que como siempre nos den lo que queremos:Vuestra M.M. ¿Tendrían la bondad de traerme tres libros de la Biblioteca Rosa, uno se llama Les Bons Infants, otro Les Vacances y otro cuyo nombre no recuerdo pero que V. Sus Majestades conocen, que me gusta, y un lavabo que vendo en medel. Una peseta para los pobres para hacerles cualquier ropa.
Adiós, queridos Reyes, vuestro humilde servidor.
Rosario.
Queridos Reyes:
Deseo que Vuestras Majestades nos regalen una muñeca que tenga tres vestidos y dos capirotes; es de cartón como el que tiene mi hermana. Si no me dan lavabo, pues un carrito con toldo.
Jaime un triciclo con un caballo o una trompeta de guardia.
Algo para Diego.
Adiós queridos Reyes, vuestro servidor.
Inés.
Queridos Reyes:
Sabiendo ya que Vuestras Majestades no suelen dar nada a los doce años, aunque bastante atrevido, os pido cinco pesetas en compensación por lo que he gastado hoy, como sabréis Vuestras Majestades.
No me atrevo a ser más exigente:
Disculpen Sus Majestades mi audacia y queda su servidor seguro que besa sus pies el humilde servidor.
Periquito.
Fuente:Archivo histórico de la nobleza