Los europeos tenían un conocimiento muy limitado del mundo más allá de su propio continente. Sabían que había otras tierras ahí fuera, pero no sabían cómo eran. Tenían miedo de lo desconocido y les preocupaba lo que pudieran encontrar.
Miedo a viajar por mar
En el siglo XV los viajes por mar eran muy peligrosos. Los barcos eran pequeños y frágiles y, a menudo, estaban a merced del clima. Muchos barcos se perdieron en el mar y los que sobrevivieron a menudo tuvieron que afrontar viajes largos y difíciles.
Miedo a otras culturas
Los europeos también tenían miedo de otras culturas. No entendían las costumbres y creencias de otros pueblos y les preocupaba cómo serían recibidos. Tenían miedo de ser atacados o de ser hechos prisioneros.