Campesinado: Muchos campesinos en Francia apoyaron a Napoleón porque prometió brindar oportunidades de propiedad de la tierra mediante la división de grandes propiedades pertenecientes a la aristocracia. Implementó reformas como el Código Civil (también conocido como Código Napoleónico), que enfatizaba la igualdad ante la ley y eliminaba muchos privilegios feudales. Esto mejoró la vida y la posición social de muchos campesinos.
El ejército francés: Napoleón fue un general exitoso que obtuvo reconocimiento por sus logros militares durante las Guerras Revolucionarias Francesas. Sus victorias y conquistas aumentaron el orgullo nacional y dieron esperanza de gloria y avance militar a muchos jóvenes de diferentes orígenes en Francia.
El Movimiento Revolucionario: Napoleón ascendió de rango durante la Revolución Francesa e inicialmente se alineó con sus ideales. Muchos revolucionarios admiraban a Napoleón por su liderazgo y lo percibían como una continuación del espíritu revolucionario que pretendía desafiar los privilegios tradicionales y establecer una sociedad meritocrática.
La clase profesional y mercantil (burguesía): Los miembros de la burguesía se sintieron atraídos por las promesas de Napoleón de reformar el gobierno, promover la modernización económica y establecer un sistema político más estable. En general, apoyaron su visión de avances basados en el mérito en lugar de privilegios otorgados por nacimiento.
La élite intelectual: Muchos intelectuales y figuras culturales apoyaron a Napoleón debido a su adopción de la ciencia y la educación. Fundó nuevas instituciones como el Instituto Francés de Ciencias, y sus reformas culturales apuntaron a democratizar el acceso al conocimiento y la educación.
Si bien estos grupos pueden haber apoyado a Napoleón inicialmente, su largo reinado luego enfrentó desafíos y oposición de diferentes segmentos de la sociedad. No todos siguieron apoyándolo durante su gobierno y surgieron movimientos de oposición.