A mediados del siglo XVI, el carbón se utilizaba en el país, especialmente para la elaboración de cerveza y vidrio. De hecho, el carbón se utilizó ampliamente como combustible para fines industriales, como la elaboración de cerveza y la fabricación de vidrio, y para producir coque destinado a la fundición de hierro desde finales del siglo XVI.
El carbón no empezó a convertirse en una importante fuente de energía para hogares y empresas hasta el siglo XVIII.