Creo que todos sabemos de la existencia de pinturas rupestres, casas trogloditas e incluso ciudades subterráneas, pero es más raro haber oído hablar de iglesias excavadas en la roca. Sin embargo, los hay; y, en el caso del norte de España, unos cuantos, hasta el punto de que incluso puedes hacer una ruta turística visitándolos. Este itinerario de templos rupestres, santuarios y ermitas se concentra en tres provincias (Palencia, Burgos y Cantabria) y alcanza su máxima expresión en el Valle de Valderredible.
Tampoco debería ser tan raro. Perforar la roca para habilitar un espacio, ya sea para vivienda, culto o entierro, es algo que se remonta a la antigüedad; las catacumbas de Roma (San Calixto, Domitila...), los hipogeos y hemisferios egipcios (tumbas del Valle de los Reyes, templos de Abu Simbel), las cuevas de la India (Ajanta, Ellora y otras) y China (Longmen) o las ciudades trogloditas de Capadocia (Derinkuyu, Kaymakli, etc) y Jordania (Petra) son algunos de los ejemplos más famosos, muchos de los cuales ya hemos comentado aquí en artículos anteriores.
Lo realmente curioso es que, si las viviendas trogloditas suelen estar situadas en el sur por obvias razones climáticas (sobre todo en los municipios de Granada y Murcia, pero también en Valencia, Madrid y Almería), las iglesias, con alguna excepción (por ejemplo, el mozárabe de Bobastro, en Málaga), se distribuyen principalmente en enclaves cántabros, Burgos y Palencia (aunque también los hay en Álava y Galicia), localizándose la mayoría de ellos en un área relativamente pequeña. Algo que facilita su visita en tan sólo un par de etapas y permite, si se desea, ampliar la escapada a otras zonas; por ejemplo, a la playa de Ubiarco, donde ofrece todo un espectáculo la ermita de Santa Justa, semiexcavada en el anticlinal de un pliegue geológico.
Buena parte de estos singulares templos fueron construidos en la Edad Media, en el contexto de la invasión musulmana y el posterior proceso conocido como reconquista, lo que explica que la mayoría de ellos se encuentren en la costa cantábrica:el dominio islámico de la Península Ibérica fue allí menos y, por el contrario, se convirtió en refugio de cristianos.
Esta singularidad fronteriza, aislada e inestable, dificultaba la construcción de edificios, ya fueran defensivos, ya para asentamientos, o para liturgia, tanto por la escasez de medios como por el hecho de que eran destruidos en las incursiones, por lo que el acondicionamiento de las cuevas naturales fue un rápido proceso. Solución económica, discreta y duradera.
A zona de paso posterior de los pobladores, también hubo que añadir el carácter de ermita que tienen varios de estos templos, ya que eremitas y anacoretas elegían a menudo las cuevas para su existencia contemplativa, y habitarlas requería un mínimo de adaptación.
Y como no sólo vivían de lo que la naturaleza les ofrecía sino también de la caridad de la gente, acabaron yendo a esos lugares como lo que eran de facto. :rincones de oración. Con el tiempo, no pocos de estos yacimientos tendieron a dar lugar al establecimiento de comunidades monásticas, especialmente durante la Alta Edad Media.
Ermita de San Vicente
Aproximadamente a un kilómetro de Cervera de Pisuerga, municipio palentino cercano a Aguilar de Campoo, se encuentra una de esas ermitas, la de San Vicente. Data de finales del siglo IX y principios del X, se trata de un santuario excavado en un altozano calizo -muy erosionado, dado el tipo de roca- y rodeado por una necrópolis con una veintena de tumbas, también excavadas en la piedra.
Iglesia de los santos Justo y Pastor
A media docena de kilómetros, en Ollera de Pisuerga, destaca el monte Cildá, en una de cuyas laderas -en este caso de arenisca- se encuentra la iglesia de Santos Justo y Pastor, que comenzó a construirse en el siglo VII, aunque tuvo muchas adiciones posteriores. Tiene un campanario y una espadaña que facilitan su visión, mientras que su interior -en el que aún se ofician misas- está articulado en estilo románico; también hay una necrópolis.
Ermita de San Pelayo
La siguiente parada, a cinco kilómetros, debe ser Villacibio, donde se puede visitar la ermita de San Pelayo (probablemente del siglo X). Excavada en un promontorio hacia el siglo X, ya se utilizaba para albergar a ermitaños cientos de años antes, tiene un aspecto más arcaico que los demás, con una sola nave y un exterior natural (excepto la reja de cierre). A ochocientos metros, un conjunto de tumbas antropomorfas podrían relacionarse con el lugar.
Iglesia de San Martín
Más adelante, Villarén de Valdivia ofrece la iglesia de San Martín (muy deteriorada porque sirvió de cuadra) y su necrópolis, ambas quizás del siglo XI. Había otros dos templos rupestres cercanos, los de La Rebolleda y Pomar de Valdivia, pero fueron dinamitados a mediados del siglo XX para que no escondieran bandoleros y maquis.
A todo lo mencionado, en Palencia podemos sumar las ermitas de la Virgen Soterraña, San Vicente de Vado o San Martín y Ormita Peña (en Villarén de Valdivia), además de más de una veintena de necrópolis.
Iglesia de Santa María de Valverde
Ahí finaliza el recorrido por Palencia y nos dirigimos a Cantabria, donde encontramos el conjunto rupestre de Valderredible, el mayor de España, con cerca de medio centenar de yacimientos (no en vano recibe el sobrenombre de Capadocia Ibérica) gracias a la facilidad de trabajo de sus abundante roca arenisca.
Probablemente la estrella debería considerarse la iglesia de Santa María de Valverde, que además es la más grande. de fecha incierta y catalogado como Bien de Interés Cultural (anexo, tiene un centro de interpretación), está cubierto por un tejado (para protegerlo de la lluvia), rematado por una espadaña y asociado a tumbas altomedievales. En sus dos naves abovedadas todavía se celebran misas.
Oratorio de Santa Eulalia de Campo de Ebro
Se trata de un sencillo oratorio de una sola nave con ábside situado junto a la iglesia parroquial y que, desde el exterior, con sus sillares y su ventana enrejada, parece más un calabozo que otra cosa. Cerca, en La Puente del Valle, hay otro igualmente modesto:San Pantaleón.
Oratorio de Cadalso
Si el anterior parecía un calabozo, éste recuerda a un búnker:pequeño pero sólido, con vanos diminutos, de planta rectangular con una sola nave cubierta por bóveda de cañón y ábside más alto. Exteriormente, sólo el campanario lateral (y, en todo caso, un par de tumbas medievales tempranas) indica su carácter religioso.
Iglesia de Brooks
Es otra de las iglesias que destacan por las dos plantas de estilo mozárabe, conectadas por una escalera interior tallada directamente en la piedra. Seguramente el piso superior se amplió con una galería de madera para dar cabida a más fieles. En cualquier caso, los cuidados detalles del interior (arco de herradura, contraábside, pilar cuadrangular) contrastan con el aspecto exterior tosco, en el que a primera vista pasa desapercibida la mano del Hombre.
Cantabria cuenta también con una gran riqueza patrimonial de este tipo que añadir a lo ya dicho:las iglesias de Arredondo, Campo de Ebro, Santo Toribio de Liébana, Cambarco y Ubiarco; las ermitas del Tobazo (Villaescusa del Ebro), Cuevatón (San Andrés de Valdelomar), Peña Castrejón y Peña Horacada (San Martín de Valdelomar); y el conjunto eremítico de Los Ventanos (Villamoñico).
Ermita de San Miguel de Bricia
Cambiemos de comunidad autónoma para entrar en tierras burgalesas. Muy poco después de Arroyuelos, encontramos el pueblo de Presillas de Bricia. Allí, rodeada de un robledal y excavada en una roca arenisca, se levanta una ermita dedicada a San Miguel que, a pesar del efecto de la erosión y su estado de abandono, también se encuentra entre las más atractivas.
Esto se debe a que tiene dos plantas, la inferior estructurada en tres naves separadas por dos arcos de medio punto sostenidos por columnas, más los correspondientes ábsides, altares y hornacinas, todo ello realizado en piedra. A la planta superior se accede a través de una escalera, también talladain situ .
Ermita de San Bernabé
Desviándonos hacia el este, en el límite nororiental de la provincia, llegamos a Ojo Guareña, un conjunto kárstico con más de cien kilómetros de galerías declarado Monumento Natural y habitado desde la prehistoria. Está la Merindad de Sotocueva donde, aprovechando un refugio natural de roca circundante, se construyó, parte excavando la muralla, parte libre, la preciosa ermita de San Bernabé.
Los monumentos reseñados son, quizás, los más representativos y cercanos entre sí. Pero hay muchos más. En Burgos, concretamente, se encuentran los conjuntos ermitaños de Covarrubias, Las Gobas, Herrán y Castrillo de la Reina; las ermitas de San Pedro de Argés, Valpeñoso, La Gallega, San Andrés, Cueva de los Moros, Santa María de Garoña, Tartarés de Cilla y Ombenite; las ermitas de Santa Ana, San Sebastián y Nuestra Señora de la Peña; A todo ello hay que sumar decenas de necrópolis y cuevas.