Historia antigua

Absolutismo

El absolutismo concentró todo el poder nacional en el rey e hizo absoluta la voluntad del monarca. Este sistema político surgió de los intereses de la burguesía emergente. Absolutismo

El Absolutismo Fue un sistema político que, por lo general, defendía el poder absoluto del monarca sobre el Estado y fue muy común desde el siglo XVI hasta mediados del XIX en varias partes de Europa. Esta forma de gobierno estuvo directamente vinculada al proceso de formación de los Estados Nacionales (naciones modernas) y al ascenso de la clase mercantil conocida como burguesía, así como a una serie de otras transformaciones que habían tenido lugar en Europa desde finales del Medio Oriente. Siglos.

Emergencia

    Como Estado Nacional fue consolidando sus fronteras y exigencias y con el surgimiento de una fuerte clase mercantil, se hizo necesario un representante que defendiera sus intereses y, así, el poder comenzó a concentrarse en la figura del monarca. A diferencia de lo que ocurría durante la Edad Media, cuando el poder de la realeza no era unánime y, por tanto, era necesaria la ayuda de los nobles para la composición del ejército, por ejemplo, en el absolutismo, el monarca controlaba todo el poder en la decisión. -formación de la nación.

    Así, la organización de las leyes, la creación de impuestos, la delimitación e implementación de la justicia, etc., eran determinadas por el rey. En este periodo surgió también la burocracia, toda una estructura de gobierno que se encargaba de la ejecución de las labores administrativas de la nación, con el fin de auxiliar al rey en la administración del recién creado Estado.

    Con la delimitación de las fronteras nacionales, el absolutismo contribuyó a la reducción de las diferencias culturales locales, es decir, hubo una estandarización. Así, se implementó una moneda única y se eligió un idioma único para toda la nación. Con el fortalecimiento del comercio se crearon una serie de impuestos para su regulación, además de impuestos aduaneros para la defensa de la economía interna.

    A partir de estos impuestos, el rey podía reunir un ejército permanente que estaba a su servicio en la defensa interior, en caso de rebelión, y en la defensa exterior, en caso de conflicto. Además, desde un punto de vista religioso, el poder real era visto como una elección directa de Dios y, por tanto, indiscutible.

    El absolutismo no tuvo, sin embargo, características homogéneas y también presentó sus particularidades en diferentes lugares. Así, destacaron tres modelos de este sistema político:el francés, el inglés y el español. El rey francés Luis XIV fue el mejor ejemplo de la aplicación del poder del absolutismo.

    Defensa del poder real

      Absolutismo
      El inglés Thomas Hobbes fue uno de los teóricos que defendió el poder real

      A medida que se fortaleció el poder real, varios teóricos escribieron sobre la justificación del poder absoluto. Entre ellos, destacó Nicolau Maquiavelo , Tomás Hobbes , Jacques Bossuet .

      Nicolás Maquiavelo, en su O Príncipe , justificó el uso de la violencia para mantener el control sobre la población, pues defendió la idea de que “el fin justificaría los medios” y afirmó que para el rey era más valioso ser temido que amado. En O Leviatán , Thomas Hobbes argumentó que se necesitaba poder real para poner orden en el mundo. Este teórico defendía la teoría de que, antes del poder absoluto del rey, Europa vivía en un estado de caos en el que predominaba la violencia, pues, según Hobbes, el hombre era malo por naturaleza, por lo que sólo el poder absoluto del rey sería capaz de para poner todo en orden. Jacques Bossuet, en su La política extraída de la Sagrada Escritura justificaba que el poder del rey provenía de Dios, por lo que impugnar el poder real sería lo mismo que impugnar a Dios mismo.

      Fin del absolutismo

        El absolutismo dejó de existir como forma de gobierno alrededor del siglo XIX, pues ya era cuestionado por los ideales de la Ilustración. La Revolución Francesa y los cambios que surgieron de ella contribuyeron a la desaparición de esta forma de gobierno en toda Europa. Tales cambios buscaban la descentralización del poder, es decir, lo contrario de lo que se defendía hasta entonces, además de cuestionar la teoría de la voluntad divina del poder real, ya que la Ilustración defendía la racionalización del pensamiento humano.


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