Por Cuentos Pinto
Martín Lutero fue el nombre principal asociado con la Reforma Protestante del siglo XVI. Sin embargo, una parte considerable de sus ideas reformistas provino de la inspiración de otros hombres que habían criticado a la Iglesia Católica. décadas antes que el sacerdote alemán.
En Inglaterra, a finales del siglo XIV, el sacerdote y teólogo John Wyclif presentó una serie de críticas a las doctrinas católicas que inspirarían a Martín Lutero más de un siglo después. Entre ellos se encontraba la afirmación de que la salvación eterna se logra mediante la fe en Dios, así como la posición contra la venta de indulgencias -el perdón concedido por la Iglesia a los pecadores- practicada por el clero católico.
Siguiendo estas posiciones, Wyclif también se opondría a la doctrina católica de que la realización de “buenas obras” (como las donaciones a la iglesia) también sería una forma de alcanzar la salvación eterna. . Estas posiciones influyeron directamente en Martín Lutero en la elaboración de sus 95 Tesis expuestas en la Catedral de Wittenberg.
Jan Hus También fue otra importante fuente de inspiración para Lutero. Hus defendió, como Wyclif antes que él y Lutero después, la autoridad de la Sagrada Escritura, como la Biblia, sobre la tradición de la Iglesia católica y sobre la palabra del Papa, que se consideraba la palabra de Dios. Esta posición afrentó el poder religioso del Papa y abrió el camino para que todos los fieles leyeran e interpretaran la Biblia. Las consecuencias en el plano terrenal fueron la expansión de la alfabetización a un mayor número de personas, ya que anteriormente sólo los sacerdotes leían la Biblia y expresaban oralmente a los fieles su interpretación de los textos sagrados.
Otro punto común a los tres fue su crítica a la riqueza y el lujo desplegado por la Iglesia católica. Para los tres reformadores cristianos, la Iglesia debería seguir lo que habría sido una de las primeras enseñanzas de Cristo, manteniendo una Iglesia pobre, más preocupada por los negocios de la fe que por la acumulación material.
Las posiciones de los tres reformadores también sirvieron para enmarcar importantes conflictos sociales campesinos entre los siglos XIV y XVI. Las cuestiones religiosas de la época comenzaron a tomar la forma de una crítica práctica, por parte del campesinado, del poder económico, político y militar de la aristocracia. La diferencia en este caso es que Martín Lutero se opuso a las rebeliones, condenando las acciones campesinas, mientras que John Wyclif y Jan Hus las apoyaron y/o influyeron.
Finalmente, es interesante señalar que en este período histórico, entre el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna, las divergencias religiosas adquirieron el carácter de conflicto social debido al hecho de que el poder religioso constituye la base del poder económico.
Como la Iglesia Católica es el mayor terrateniente de Europa, además de que la posición social de la aristocracia se basa en una supuesta voluntad divina, las luchas de los campesinos y otras clases populares contra la explotación terminaron llegando a los conceptos religiosos que justificaban ideológicamente toda esta situación social. Todos estos conflictos marcarían el declive del poder católico y el comienzo de un período histórico distinto, marcado por la fuerza de los capitalistas.
* Crédito de la imagen:Biblioteca del Congreso de EE. UU.