Historia antigua

Período pombalino

Período pombalino

Por Rainer Sousa

En el siglo XVIII, la vanguardia ilustrada estableció transformaciones notables en los modos de administración de varias de las monarquías europeas. Inspirados por las nociones de razón y progreso basadas en este movimiento, reyes, reinas y ministros del Viejo Mundo emprendieron medidas que buscaban mejorar el aparato administrativo y la economía de sus Estados. Siguiendo esta tendencia, el rey de Portugal, D. José I, nombró ministro a Sebastião Carvalho e Melo, marqués de Pombal.

Con la intención de sanear la economía deficitaria de su país, el nuevo ministro combinó acciones que reforzaron las prácticas mercantiles en el espacio colonial e impulsaron el funcionamiento de la administración nacional. Impulsado por estos objetivos transformadores, el Marqués de Pombal enfrentó una seria oposición de la nobleza y el clero portugueses, que no siempre fueron honrados con las reformas que estableció.

Para incrementar las actividades económicas en Brasil, determinó la creación de empresas comerciales en Grão-Pará, Paraíba y Pernambuco. En la región norte, estimuló la expansión de las plantaciones de algodón que podrían satisfacer la creciente demanda de Inglaterra. En la región minera se fortalecieron los mecanismos de control y recaudación y se estipuló la sobretasa como cobro obligatorio sobre los impuestos atrasados ​​de los mineros de la misma región.

Con respecto a la obra de los jesuitas, Pombal fue gravemente perseguido porque creía que estos clérigos estaban causando graves daños tanto en Portugal como en Brasil. En opinión del marqués, el predominio jesuita en la educación portuguesa impidió el desarrollo de una mentalidad modernizadora esencial. En Brasil, su influencia sobre los indios, la producción de riqueza realizada en el seno de las misiones y los conflictos contra los colonos (como la Guerra Guaranítica de 1750) amenazaron la autoridad metropolitana.

Así, a pesar de la inmensa controversia generada, Pombal estableció que los jesuitas debían ser expulsados ​​de Brasil y que no debían enfrentarse a las instituciones educativas. Respecto a esta misma cuestión, el marqués de Pombal implementó el subsidio literario, un nuevo impuesto que apoyaría la contratación de profesores sin vínculos con la Iglesia. Con el tiempo, este proyecto de reforma educativa acabó no teniendo el efecto esperado.

Entre otras acciones de Pombal, cabe señalar que fue responsable de la extinción definitiva de las capitanías hereditarias en Brasil y prohibió definitivamente la esclavitud indígena en la colonia. Además, estipuló que se extinga definitivamente la distinción hecha entre cristianos y cristianos nuevos. Con ello buscaba centralizar la estructura administrativa aplicada a la colonia y reducir tensiones que pudieran producir algún tipo de daño al gobierno de Portugal.

A pesar de sus esfuerzos, Pombal no pudo resistir la gran influencia que Inglaterra tenía en las cuestiones políticas y económicas de Portugal, y ni siquiera resistió la clara oposición dirigida por clérigos y nobles. No casualmente, tras la muerte del rey D. José I, en 1777, y la llegada de la reina D. María I, a A Louca, un hecho político conocido como “viradeira” impuso la destitución del marqués de Pombal y la anulación de varias acciones administrativas tomadas por él.


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