Vortigern (en galés moderno Gwrtheyrn) fue un rey de la isla de Gran Bretaña desde el siglo V d.C. Si no se cuestiona la realidad histórica del personaje, conviene tener cuidado, porque lo que se nos ha transmitido sobre él es más leyenda que material de Bretaña, sobre todo porque se encuentra asociado a la leyenda artúrica.
Recordamos el año 410 para situar el fin de la presencia romana en la isla de Bretaña. Fue poco después cuando aparece Vortigern, en esta época que la historiografía inglesa llama Dark Ages (es decir, la “edad oscura”). Se le considera un notable brito-romano. Según las fuentes, es rey de toda la isla, hacia el 425, o rey de los britanos-romanos de Kent (la antigua Cantium), hacia el 450.
Etimología
Su nombre es indiscutiblemente británico:compuesto por Uor, grande, y Tigern, príncipe, jefe [ref. necesario]. Un supuesto origen romano carece de fundamento.
Beda el Venerable en el siglo VIII lo menciona con el nombre de "Vurtigirnus". La latinización de su nombre cuatro siglos después no es suficiente para convertirlo en un romano de origen, como podría serlo Ambrosius Aurelianus.
Según Geoffrey de Monmouth en su Historia regum Britanniae, se habría convertido en rey, tras haber asesinado al rey Constantino, y se habría aliado con los sajones para luchar contra los pictos que venían del norte.
Esta alianza con los alemanes le dio fama de traidor en el mundo celta. Habría sido depuesto por su pueblo en favor de su hijo Vortimer (en galés gwerthefyr), y se habría refugiado en Gales, donde, según la leyenda, habría conocido a Merlín el Encantador. Luego habría asesinado a su hijo para recuperar el trono.
Vortigern en la Historia regum Britanniae
Ascenso al trono
Constant, retirado a su convento, dejó el gobierno del reino a Vortigern, sin el cual nada se hacía. Vortigern piensa entonces en apoderarse de la realeza. Todos los pretendientes al trono son demasiado jóvenes para gobernar. Por tanto, comienza por apoderarse de los tesoros reales, así como de las ciudades fortificadas, con el pretexto de amenazas extranjeras (los pictos, aliados de los daneses y los noruegos), y coloca allí a sus hombres. Trae pictos de Escocia y los coloca con el rey, mientras los trata generosamente. Mediante una estratagema, dio a luz a los pictos la idea de que sería mejor rey que Constante. Constant es asesinado por los pictos que lo decapitan y ofrecen su cabeza a Vortigern, quien finge dolor y hace castigar a los asesinos.
El desembarco de los sajones
Vortigern se convierte en rey y somete a los señores del reino. Pero su crimen sale a la luz y los pictos forman una coalición en Albania.
Un ejército extranjero, liderado por los hermanos Hengist y Horsa, desembarca en Kent. Vortigern les ruega que vengan a encontrarse con él mientras se queda en Dorobernia (ahora Canterbury). Hengist le dice que son de Sajonia en Germania, de donde fueron expulsados según la costumbre en caso de superpoblación. El rey les pregunta sobre su religión y luego les ofrece una alianza:a cambio de su ayuda, hará fortuna. Los sajones aceptan y se instalan en la corte del rey. Los pictos invaden el reino y saquean las tierras del norte, Vortigern y sus guerreros avanzan hacia el enemigo para una batalla aterradora. La ayuda de los sajones es decisiva, los pictos son derrotados y huyen.
La alianza matrimonial
De acuerdo con su promesa, el rey le da tierras a Hengist para que pueda recompensar a sus guerreros. Considerando los peligros que amenazan al reino, el sajón propone traer otros guerreros de Germania. El rey acepta y le concede el derecho de construir una fortaleza, Castrum Corrigiae.
Llegan dieciocho barcos de Alemania, llenos de guerreros sajones. Ronwen, la hermosa hija de Hengist, está de viaje. El sajón invita al rey a su nueva residencia y al instante se enamora de la joven. Se casa con ella la noche siguiente a cambio del territorio de Kent. Este matrimonio no es del agrado de los demás señores, ni de sus tres primeros hijos, Vortimer, Katigern y Pascent. Fue en esta época cuando Saint Germain, obispo de Auxerre y Saint Loup, obispo de Troyes, llegaron a la isla de Bretaña para restaurar la verdadera fe, bastardada por los impíos.
Fin del reinado
Hengist le pide a Vortigern que traiga a su hijo Octa y a su prima Ebissa para defender las tierras cercanas a Escocia. 300 barcos desembarcan en la isla. La ayuda de este poderoso ejército sajón permite al rey derrotar a sus enemigos. Pero los bretones piden a Vortigern que se deshaga de los aliados sajones que aterrorizan a la población. Ante sus reticencias, le fue retirada la soberanía y su hijo Vortimer fue proclamado rey. Este último ataca a los sajones que son derrotados magistralmente cuatro veces y regresan a Germania.
El nuevo rey confisca y redistribuye las propiedades de los sajones entre su pueblo. Pero es envenenado por Ronwen, la ex reina. Está enterrado en la ciudad de Trinovantum. Vortigern retoma su lugar real y se entera de que Hengist, en Alemania, se prepara para regresar a la isla con 300.000 soldados. El temor a una nueva invasión sajona y la artimaña de Hengist llevan a la decisión de reunirse en Ambrius. Durante esta conferencia donde íbamos a hablar de paz, Hengist se apodera de Vortigern y los sajones degollaron a 460 señores bretones, que están enterrados en Kaercaradoc (hoy Salisbury).
Se produjo una batalla entre los dos bandos, de la que los sajones salieron victoriosos, no sin daños. Vortigern es rehén, se le da la vida y se le concede la libertad a cambio de ocupar el reino. Muchas ciudades son ocupadas y sus habitantes masacrados. El rey se refugia en Cambria.