Historia antigua

Guerra aérea en Corea:Una curiosa amenaza:¡biplanos!

Guerra aérea en Corea:Una curiosa amenaza:¡biplanos!

Los cazas fueron enviados primero contra las baterías antiaéreas concentradas alrededor del objetivo. Una vez realizado este ataque, el verdadero ataque podría comenzar con aviones de ataque y apoyo táctico o con superfortales volando a 5000 m de altitud. Cortar un solo puente requirió varios ataques (con las posibles pérdidas) y cientos de bombas y cohetes guiados. En 1951, los B-29 intervinieron con las bombas guiadas "Razon" y "Tazon" (esta última de poco más de cinco toneladas) sin mucho éxito. Los comunistas demostraron ser maestros en el arte de camuflar sus movimientos; lograron organizar la logística con extraordinaria discreción y repararon inmediatamente los daños causados ​​por la aeronave. En particular, utilizaron estructuras sumergidas y pontones móviles para reemplazar puentes destruidos.
Aunque las técnicas de radar y contramedidas electrónicas (ECM) han avanzado poco desde el final de la Segunda Guerra Mundial, muchas operaciones en Corea tuvo lugar por la noche. Los estadounidenses encontraron que las operaciones nocturnas eran más propicias para los B-29, que estaban pintados de negro mate. Por otra parte, los comunistas aprovecharon a menudo la noche para acelerar sus movimientos logísticos y la reparación de diversos daños. Los ataques nocturnos a menudo eran preparados por C-47 (DC-3) encargados de iluminar objetivos con cohetes. En 1952, los B-26 Invaders iluminaban sus objetivos con un reflector muy potente, pero esta técnica fue rápidamente abandonada:¡el avión tan bien señalizado era imprescindible para el DCA! También en 1952 se constató el gran progreso comunista en el campo de los radares:las pérdidas de los B-29 aumentaron rápidamente a un nivel tan alto en las misiones nocturnas como en las diurnas.
Aliados Las bases permanecieron mal defendidas contra posibles ataques aéreos. Un puñado de pilotos comunistas obtuvieron, por la noche, resultados a menudo desproporcionados con respecto a la importancia del ataque. Unos antiguos biplanos PO-2, que datan de 1926, llevaron a cabo estas incursiones. Los costosos aviones a reacción fueron destruidos por estos venerables antepasados ​​que chocaban a 150 km/h:¡su lentitud era tal que se convirtió en una ventaja! De hecho, los PO-2 eran muy difíciles de interceptar para los aviones a reacción que volaban al menos dos veces más rápido que ellos y casi nunca tenían tiempo de ajustar su objetivo. Un día, durante un combate que lo enfrentó a uno de estos aviones –que además derribó–, un F-94C desaceleró demasiado y, desequilibrado, se estrelló contra el suelo, matando a su tripulación.