Historia antigua

“¡Adiós papá! »

¿Qué está pasando en la capital? Pánico en el gobierno y desorden en las calles. El gabinete de Casares Quiroga dio paso al de Martínez Barrio, que intenta una política de conciliación entre los partidos. Pero el Frente Popular no quiere oír hablar de moderación. Azaña confió entonces el poder a José Giral Pereira, un republicano de izquierdas, quien, no sin preocupación, decidió, como había hecho Companys en Cataluña, armar al pueblo. Doce clases están movilizadas.
Decisión necesaria sin duda, pero que conducirá a excesos y acentuará el giro hacia la extrema izquierda y la sustitución de los poderes regulares de los organismos revolucionarios. Esta
será, de hecho, la U.G.T. quien se hará cargo de la administración de la ciudad. En cuanto al ejército:su democratización, concebida con entusiasmo, perjudicará su eficacia.

El episodio de Toledo será uno de los más dramáticos de la guerra civil. Cuando Yagüe llega al frente de la ciudad, de la mano de los republicanos, encuentra seria resistencia. Pero el drama se desarrollará principalmente en el Alcázar, donde están atrincherados los cadetes del coronel José Moscardô Itua, pocos en número, pero cuya guarnición incluye medio millar de guardias civiles, un centenar de oficiales y tropas. Yo también los civiles:ingenieros, médicos, ancianas y niños. A pesar de los violentos ataques de la infantería y la artillería republicana, el Alcázar se niega a rendirse. Ex. Cabreados por esta resistencia, los republicanos recurren al chantaje sentimental. L Moscardô, hijo del coronel, está preso. Lo que le lleva al Hôtel des Postes, frente al Al. zar, donde reside el mando republicano. La comunicación telefónica se estableció entre el jefe de la milicia y el coronel Moscardô. Después de una última y urgente citación para devolver la fortaleza, un miliciano pasa la cámara a Luis Moscardô Pathétique, comienza el diálogo:“Papá, ¿eres tú, hijo mío? “Dicen que me fusilarán si el Alcázar no se rinde; pero no te preocupes. — Por si acaso, encomienda tu alma a Dios y a mí como a un verdadero héroe. ¡Adiós, hijo mío! besarte muy fuerte. - Yo también te beso. ¡Adiós papá! Y el coronel, antes de colgar, gritó al jefe de la milicia, que había dado un plazo de diez minutos:“el plazo ha expirado”. ¡El Alcázar nunca se rendirá! Unos días después, le dispararán a L. Cuando Mi Cardé haya sido liberado por el general Vare, se pondrá firme y pronunciará:estas palabras, que habían sido la contraseña de los nacionalistas en los primeros días de la insurrección:"Sin novedad, mi general (rien to report, General) .


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