Historia antigua

El esta llorando. el se retuerce las manos

Los extranjeros intervienen en la guerra civil, desde el inicio de las operaciones. El 21 de julio de 1936 una misión española viajará a Italia. El 22 de julio, el cónsul alemán en Tánger transmitirá a su gobierno una petición de Franco de diez aviones de transporte de tropas, pilotados por alemanes. El enfoque nacionalista respondió a una necesidad vital. Por su parte, el Gobierno republicano multiplicará los llamamientos a sus aliados ideológicos:la Rusia soviética, Francia y Gran Bretaña. En ambos bandos sabemos que sin ayuda exterior no hay victoria posible.
Si la actitud de Alemania y de Italia con respecto al Movimiento es francamente la de aliados, decididos a contribuir a la triunfo de este nuevo fascismo, no ocurre lo mismo con el de las grandes democracias respecto a la República Española. Los matices varían según los países solicitados. Francia, desde mayo de 1936 -donde las elecciones legislativas reunieron a 370 miembros electos del Frente Popular- se ha dotado de un gobierno de izquierdas, presidido por Léon Blum, cuya tarea promete ser tanto más difícil cuanto que las organizaciones de derechas no han ha renunciado y que, por otra parte, debe llevar a cabo el programa social avanzado contenido en sus proyectos e inducir a los empresarios a hacer concesiones importantes. La Guerra Civil Española “lo destrozó”, en el sentido propio de la palabra. Está totalmente del lado republicano y en contra de la empresa de Franco, que sabe bien que, de tener éxito, completaría el cerco fascista de Francia. Pero tuvo que contar con la opinión pública francesa y el espectro político de la Cámara. Finalmente, este pacifista se muestra reacio a facilitar un conflicto con suministros de guerra.
Y ahora recibe del gobierno republicano una petición urgente de diversos materiales:30 bombarderos, 8 cañones de 75, 8 ametralladoras. armas, 4 millones de cartuchos y 20.000 bombas. Blum acepta, pero pide reflexión. Se retuerce las manos.
Está llorando. Edén lo desaprueba. Los radicales protestan. En definitiva, y gracias a la insistencia de los miembros del gabinete favorables a la ayuda a la I República, a través de André Malraux y gracias a la diligencia del ministro del Aire, Pierre Cote, se entregarán a los españoles 30 bombarderos, 15 cazas y 10 aviones de transporte. gobierno.
Al mismo tiempo y a petición del Frente Popular, se abren oficinas de reclutamiento
para los voluntarios franceses:aviadores, técnicos. y soldados de todos los rangos y de todas las armas. Unos diez mil hombres, un tercio de los cuales perecerán en batalla, tal será la contribución personal de la 1.ª República Francesa a su desafortunada hermana. En Gran Bretaña, si la opinión pública es, en general, especialmente entre los círculos intelectuales, favorable a la España republicana, el gobierno británico, por su parte, está firmemente a favor de la no intervención. Y fue en Londres donde, por iniciativa de Francia, se creó un Comité de No Intervención al que se adhirieron, además de Francia, la U.R.S.S., Alemania, Italia y algunos países secundarios.
En cuanto a la URSS, oficialmente "no intervencionista" y vacilante durante mucho tiempo, al menos al inicio del conflicto, proporcionó a la República española tanques, aviones de combate, bombarderos y técnicos. Su aportación en equipamiento mecánico será, en adelante, regular y masiva. Los soviéticos que participarán en la batalla serán relativamente pocos (menos de 2.000) pero hábiles. La mayoría de los voluntarios extranjeros al servicio de la España republicana se alistarán en las brigadas internacionales cuyo número -provenientes de 53 países- será inferior a 50.000 hombres. La Internacional Comunista, el propio Stalin y los comunistas franceses serán los creadores.


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