Una de las principales razones de su rareza es que fue acuñada durante la Segunda Guerra Mundial, una época en la que Estados Unidos experimentaba escasez de plata. Como resultado, el gobierno autorizó la producción de monedas de diez centavos hechas de 50% plata y 50% cobre, conocidas como "monedas de diez centavos de guerra", mientras continuaba acuñando una pequeña cantidad de monedas de diez centavos hechas con la composición tradicional de 90% de plata.
La moneda de diez centavos de plata de 1942 se puede identificar por su composición distintiva. No es magnético y tiene un color plateado, a diferencia de las monedas de diez centavos de la guerra que se componen de una mezcla de plata y cobre y son ligeramente magnéticas. Además, las monedas de diez centavos de la guerra tienen una marca de ceca debajo de la fecha, lo que indica la instalación de la casa de moneda donde se produjeron, mientras que las monedas de diez centavos de plata de 1942 no la tienen.
El valor de la moneda de diez centavos de plata de 1942 varía según su condición y rareza. Las monedas sin circular, lo que significa que nunca han estado en circulación general y están en excelentes condiciones, pueden venderse por cientos o incluso miles de dólares. Las monedas en circulación, que muestran signos de desgaste por el uso en transacciones cotidianas, aún pueden alcanzar precios respetables, que normalmente oscilan entre decenas de dólares y más de cien dólares.
En general, la moneda de diez centavos de plata de 1942 es una moneda valiosa y coleccionable que tiene un significado histórico y numismático. Su rareza y su contenido de plata lo convierten en un artículo codiciado tanto entre los entusiastas de las monedas como entre los coleccionistas.