Durante la Edad de Piedra Media, los humanos habitaron varias regiones de África, Asia y Europa. Sus movimientos y migraciones estuvieron influenciados por factores como los cambios climáticos, la disponibilidad de recursos y los avances tecnológicos. Si bien algunas migraciones se produjeron a lo largo de rutas costeras o a través de vías navegables estrechas, la idea de que los puentes terrestres permitieron a las personas viajar alrededor del mundo durante este período no está respaldada por pruebas sustanciales.
Para proporcionar algunos ejemplos específicos:
1. Puente terrestre de Beringia: El puente terrestre de Beringia, que conecta Asia y América del Norte, quedó expuesto durante períodos de descenso del nivel del mar durante el Pleistoceno. Sin embargo, las migraciones humanas importantes a través de Beringia generalmente se asocian con períodos posteriores, en particular con el poblamiento de las Américas.
2. Wallacea y Sahul: La región de Wallacea en Indonesia y la plataforma Sahul en Australia quedaron expuestas periódicamente debido al descenso del nivel del mar, creando conexiones terrestres entre islas. Sin embargo, la evidencia arqueológica sugiere que importantes poblaciones humanas en estas regiones llegaron mucho más tarde, coincidiendo con el desarrollo de tecnologías marítimas avanzadas.
Es importante señalar que los patrones de migración humana durante la Edad de Piedra Media fueron principalmente regionales, impulsados por las condiciones ecológicas locales y las estrategias de utilización de recursos. La noción de movimiento mundial a gran escala está asociada en gran medida con períodos posteriores de la historia, como el Neolítico y los posteriores avances tecnológicos y de navegación.