Sin embargo, los plebeyos no estaban del todo impotentes. Podrían expresar su desaprobación hacia el gobierno negándose a servir en el ejército o haciendo huelga. Además, los plebeyos tenían su propia asamblea, el Consejo Plebeyo, que podía aprobar resoluciones vinculantes para el Senado romano.
Con el tiempo, los plebeyos obtuvieron más derechos y privilegios. En 494 a. C., obtuvieron el derecho a elegir sus propios tribunos, quienes podían vetar las leyes aprobadas por el Senado romano. En 367 a. C., obtuvieron el derecho a ocupar cargos políticos. A finales del siglo III a. C., los plebeyos estaban completamente integrados en el gobierno romano y tenían los mismos derechos y privilegios que los patricios.
Los plebeyos jugaron un papel importante en el desarrollo de la República Romana. Sus luchas por derechos y privilegios ayudaron a crear un gobierno más democrático que respondía mejor a las necesidades de todos los ciudadanos romanos.