Los deístas también rechazaron la idea de una vida futura, argumentando que la existencia humana termina con la muerte. Creían que la única manera de alcanzar la inmortalidad era a través de la fama y la gloria, que se podían lograr haciendo contribuciones significativas a la sociedad.
El deísmo fue un movimiento filosófico popular entre intelectuales y políticos durante la Ilustración, particularmente en Europa y Estados Unidos. Algunos deístas notables incluyen a Thomas Jefferson, Benjamin Franklin y Voltaire.