En la antigüedad, los textos judíos de la Biblia hebrea (Antiguo Testamento) abordan la institución de la esclavitud, particularmente en el contexto de la antigua sociedad israelita. Estos textos proporcionan regulaciones y pautas sobre el tratamiento de los esclavos y el potencial de su emancipación. Sin embargo, es fundamental señalar que el concepto de esclavitud en la antigüedad era diferente del comercio transatlántico de esclavos que surgió mucho más tarde.
En períodos históricos posteriores, las comunidades judías de diversas partes del mundo se encontraron en circunstancias en las que estaban esclavizadas por otros grupos gobernantes o formaban parte de sistemas socioeconómicos más amplios que implicaban la esclavitud.
En la diáspora, a medida que las comunidades judías se asentaron en diferentes países, su estatus legal y su trato variaron ampliamente según el momento y el lugar específicos. Ha habido casos de judíos que poseían esclavos, pero estos casos deben entenderse dentro del contexto histórico más amplio de las sociedades en las que vivieron y no como un reflejo definitivo de la cultura o las enseñanzas religiosas judías.
En la época contemporánea, el judaísmo rechaza y condena la noción de esclavitud y apoya los derechos humanos universales y la igualdad para todos los individuos, independientemente de sus antecedentes o creencias.