Los ingleses utilizaron una variedad de métodos para justificar el arrebato de tierras a los indios. Un método consistía en afirmar que los indios no eran los propietarios originales de la tierra. Argumentaron que los indios habían venido de Asia y que no tenían derecho a la tierra en América del Norte. Otro método consistía en afirmar que los indios no estaban utilizando la tierra de forma productiva. Argumentaron que los indios eran nómadas y que no tenían un apego permanente a la tierra. Un tercer método consistía en afirmar que los indios eran una amenaza para los ingleses. Argumentaron que los indios eran belicosos y que no se podía confiar en ellos.
Los ingleses utilizaron estos argumentos para justificar el arrebato de tierras a los indios y establecer sus propias colonias en América del Norte. Las colonias inglesas crecieron y prosperaron, mientras los indios fueron desplazados de sus tierras y su forma de vida fue destruida.