1. Gatos :Los gatos eran muy venerados en la sociedad romana, respetados por su hábil control de plagas como ratoneros. Eran mascotas queridas, atesoradas por su naturaleza juguetona y afectuosa.
2. Pájaros :Los romanos solían tener como mascotas pájaros pequeños como pájaros cantores y pinzones. Estas aves se mantendrían en elaboradas jaulas o aviarios, entreteniendo a sus dueños con sus melodiosos cantos y chirridos.
3. Conejos :Los conejos, especialmente las razas pequeñas como el conejo enano, se tenían como encantadoras mascotas de compañía. Fueron admirados por su naturaleza gentil y sus travesuras juguetonas.
4. Pescado :La cría de peces ornamentales era un pasatiempo popular entre los romanos. Construyeron estanques y acuarios especiales para albergar peces de colores que añadían un elemento de belleza y tranquilidad a sus hogares.
5. Burros y mulas :Si bien los animales más grandes, como los caballos, se utilizaban predominantemente para el transporte y la guerra, los burros y las mulas también se conservaban con fines prácticos. Ocasionalmente eran queridos animales domésticos, especialmente por familias que vivían en zonas rurales.
6. Mascotas exóticas :Los romanos ricos y acomodados a menudo buscaban mascotas exóticas e inusuales como muestra de lujo. Entre ellos se encontraban aves raras como loros y pavos reales, monos e incluso grandes felinos como panteras y leones.
Además, los romanos ocasionalmente criaban pequeños reptiles, insectos o incluso osos con fines de entretenimiento. Sin embargo, la tenencia de mascotas exóticas se limitaba en gran medida a las clases altas, mientras que la mayoría de los romanos encontraban compañía y afecto en mascotas más comunes como perros y gatos.