- Barreras del idioma. Los puritanos no hablaban las lenguas nativas de los indios, lo que dificultaba la comunicación. Esto les dificultaba explicar sus creencias y responder las preguntas que tenían los indios.
- Diferencias culturales. Los puritanos y los indios tenían culturas muy diferentes. Los puritanos veían a los indios como primitivos e impíos, mientras que los indios veían a los puritanos como arrogantes y condescendientes. Estas diferencias culturales hicieron difícil para los puritanos convertir a los indios a su forma de vida.
- Divisiones políticas. Los puritanos estaban a menudo en guerra con los indios. Esto dificultó el establecimiento de confianza entre los dos grupos y dificultó que los indios se sintieran cómodos al convertirse a una religión asociada con sus enemigos.
- Competencia económica. Los puritanos y los indios competían por recursos como la tierra y los alimentos. Esta competencia económica provocó un conflicto entre los dos grupos y dificultó que los indios se convirtieran a una religión asociada con sus rivales económicos.
- Intolerancia religiosa. Los puritanos eran muy intolerantes con otras religiones. Creían que su propia religión era la única religión verdadera y que todas las demás religiones eran falsas. Esta intolerancia religiosa dificultó que los indios se convirtieran al puritanismo, ya que no estaban dispuestos a renunciar a sus propias creencias religiosas.