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Fascinante biografía del físico Sam Goudsmit y su búsqueda secreta de una bomba atómica alemana

Al final de la Segunda Guerra Mundial, el científico Sam Goudmsit dirigió una búsqueda secreta de una bomba atómica alemana. Su vida suena como un libro apasionante para niños. El periodista Martijn van Calmthout escribió una excelente biografía del físico.

Adolf Hitler con una bomba atómica fue una imagen aterradora para los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Y la idea no era tan descabellada. Los alemanes habían descubierto la fisión nuclear y los físicos de ese país estaban entre los mejores del mundo.

Por eso, hacia el final de la guerra, los estadounidenses organizaron una misión secreta para averiguar si Hitler tenía una bomba atómica. Samuel Goudsmit (1902-1978) ya había abandonado los Países Bajos para ir a Estados Unidos y allí le pidieron que liderara la búsqueda de la bomba atómica de Hitler.

Destrucción

No fue tan extraño que los estadounidenses le preguntaran a Goudsmit. Era un científico respetado desde su descubrimiento del espín del electrón en 1925. Hablaba varios idiomas y conocía bien a muchos científicos nucleares alemanes, incluido Werner Heisenberg. Los estadounidenses sospechaban que lideraría el programa nuclear alemán.

Así que material más que suficiente para una biografía, debió pensar el periodista científico Martijn van Calmthout. Con razón, porque sabe cómo convertir la vida de Goudsmit en una biografía fascinante. La misión secreta de 1944 y 1945 juega un papel importante en el libro. Seguimos al físico principalmente por Francia y Alemania, donde interroga a científicos cerca del frente tras las tropas aliadas.

Importante papel de apoyo

Al final resultó que los nazis no habían llegado muy lejos con su programa nuclear. Goudsmit descubrió que la investigación todavía se realizaba a escala de laboratorio. Los nazis habían cometido una serie de errores, lo que significaba que la bomba atómica aún estaba muy lejos. Goudsmit llega a esa conclusión con bastante rapidez, y Van Calmthout también se lo hace saber al lector al principio del libro. Como resultado, la tensión disminuye. Sin embargo, esta biografía nunca aburre. Van Calmthout describe con precisión cómo viaja Goudsmit y a quién interroga. También muestra cómo Goudsmit se vio afectado por la destrucción en Europa.

No sólo la misión secreta de Goudsmit es interesante. Los años anteriores a la guerra también merecen la pena. Estamos en el apogeo de la física, en la que genios como Albert Einstein, Pieter Zeeman, Niels Bohr y Werner Heisenberg hacen descubrimiento tras otro. Van Calmthout sobresale por su accesible explicación de los cambios en el conocimiento de la física.

Van Calmthout afirma en esta biografía que Goudsmit no desempeñó un "papel de liderazgo" en la ciencia, ni tampoco un "papel de apoyo importante" durante la Segunda Guerra Mundial. Ésta es una descripción precisa del biógrafo. Lo único inquietante de este libro son las muchas repeticiones. Por ejemplo, Van Calmthout explica varias veces por qué Goudsmit era especialmente adecuado para liderar la búsqueda de la bomba atómica alemana. Pero eso no quita que se trate de una excelente biografía de Goudsmit, que no sólo proporciona una buena visión de la vida del físico, sino también de la época en la que vivió.