1. Reclamó el Trono: Alejandro actuó rápidamente para asegurar el trono al ser proclamado nuevo zar (emperador) de Rusia. Con un fuerte apoyo de los militares, inmediatamente consolidó el poder para impedir la oposición o los pretendientes rivales.
2. Investigación y Arrestos: Alejandro ordenó una investigación exhaustiva sobre el asesinato de su padre, el zar Alejandro II. Los sospechosos fueron arrestados y los que estaban involucrados en el complot fueron acusados de traición.
3. Duelo público y funerales: Alejandro organizó el transporte del cuerpo de su padre de regreso a San Petersburgo y organizó un funeral de estado. Mostró fuertes emociones durante el período de luto público y expresó su profundo dolor por el trágico acontecimiento.
4. Seguridad más estricta: Alejandro se dio cuenta de que el asesinato resaltaba la vulnerabilidad de la monarquía ante los grupos revolucionarios. Para garantizar una mayor seguridad, realizó cambios sustanciales en la guardia del palacio, la policía secreta y el aparato de seguridad interna para evitar nuevos atentados contra su vida.
5. Represión de los movimientos radicales: Alejandro inició duras medidas contra los movimientos políticos radicales, en particular el grupo "Narodnaya Volya" (Voluntad del Pueblo), que había llevado a cabo el asesinato. Creía en una política de represión para disuadir futuras actividades revolucionarias.
6. Cambios de política: Tras el asesinato de su padre, Alejandro III se alejó de algunas de las reformas más liberales que habían marcado los primeros años del reinado de su padre. Cambió hacia políticas más conservadoras y enfatizó el fortalecimiento de la autocracia y la preservación del poder de la monarquía.
7. Censura y Control: Alejandro III impuso una censura de prensa más estricta e intensificó los esfuerzos para controlar el discurso público. Creía que las ideas radicales podían influir en la población y buscó suprimir los materiales subversivos.
8. Fortalecimiento de la Familia Imperial: Para proteger a su familia y el futuro de la dinastía Romanov, Alejandro reforzó la seguridad de la residencia imperial e hizo cambios sustanciales para evitar posibles amenazas al trono.
La respuesta de Alejandro III al asesinato de su padre fue multifacética e implicó una combinación de dolor, consolidación del poder, represión de los movimientos radicales, cambios de políticas y mayores medidas de seguridad. Sus acciones marcaron el tono de su reinado, que estuvo marcado por un enfoque más conservador y una autocracia fortalecida frente a los desafíos revolucionarios.