La creación de antecedentes históricos implica recopilar y estudiar fuentes primarias y secundarias, como documentos escritos, artefactos, relatos orales y evidencia visual para armar una narrativa coherente de eventos pasados. Los antecedentes históricos pueden variar en alcance y profundidad según el enfoque del estudio y pueden cubrir aspectos políticos, económicos, sociales, culturales o científicos de un tiempo y lugar en particular.
Su objetivo es proporcionar un contexto para eventos o discusiones explicando cómo las acciones, decisiones y circunstancias pasadas han influido en el estado actual de las cosas. Los antecedentes históricos son esenciales para comprender y analizar el desarrollo y la evolución de las sociedades, culturas e instituciones humanas a lo largo del tiempo. Ayudan a aprender del pasado, identificar patrones y tomar decisiones informadas en el presente.