Historia de Europa

La Malinche, la madre de la cultura mestiza

Hernán Cortés quemó más que sus barcos en la conquista de México. Este episodio mítico de liderazgo no fue realmente su invención. Pero cuando Alejandro Magno utilizó esta herramienta de persuasión, no lo hizo para asegurarse la lealtad de sus hombres sino para motivarlos ante una batalla desigual:no le quedaba más remedio que ganar porque para volver a casa tendría que Tienes que hacerlo en los barcos de los enemigos. Cortés, de hecho, no quemó las naves, lo que las habría destruido por completo, pero las inutilizó —las crónicas utilizan el término "girar" y "encontrar las naves al otro lado"— para evitar deserciones y rescatar todo de ellas. podría ser útil. Esto lo sabemos por la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España por Bernal Díaz del Castillo —o quizás por el propio Cortés, como ha intentado demostrar un estudio reciente— y por la Historia de la Conquista de México de Francisco López de Gómara, obra a la que Díaz del Castillo se refiere constantemente para aclararla, corregirla y ampliarla. Ambos relatos mencionan el episodio en el que los caciques indígenas ofrecen a Cortés numerosos regalos como ofrenda después de una batalla, entre ellos veinte mujeres. Según Díaz del Castillo:«trajeron presente de oro, que eran cuatro diademas y unas lagartijas y dos como perritos y orejeras y cinco patos y dos figuras de caras de indios, y dos suelas de oro como sus cotaras, y otras pequeñas cosas de poco valor, que ya no recuerdo cuánto valían. Y trajeron mantas de las que hacían, que son muy toscas, porque los que tienen noticias de aquella provincia ya habrán oído que en aquella tierra no hay sino de poco valor. Y todo este presente no fue nada comparado con veinte mujeres y entre ellas una excelentísima mujer...; y según López de Gómara, hubo intercambio de regalos:«les dio ciertas joyas de oro, ricas y bien labradas, y otras cosas de plumas, que no eran menos artificiosas y extrañas. Cortés le abrazó y le recibió muy alegremente; y saludando a los demás, le dio una bata de seda, una medalla y un collar de cristal, muchas cuerdas, espejos, tijeras, cordones, fajas, camisas y cómodas, y otras fornituras de cuero, lana y hierro, que entre nosotros son de muy poco. valor, pero lo estiman mucho» . Vamos, el famoso oro de las baratijas. Como esta reunión se dio sin decir palabra, ya que el intérprete oficial de Cortés —un tal Jerónimo de Aguilar— no conocía ese idioma, «apareció en escena una de esas veinte mujeres que le dieron en Potonchán, hablando con el de aquel gobernador y los entendía muy bien, como hombres de su propia lengua …»; así Cortés pudo comunicarse con sus interlocutores con su mediación. Esta mujer que se menciona expresamente es conocida en las obras como Doña Marina , porque tal fue el nombre que recibió tras su conversión al cristianismo.

La Malinche, la madre de la cultura mestiza

Díaz del Castillo la define como «aquella india y señora que allí nos dieron; y era verdaderamente cacica e hija de grandes señores y señora de pueblos y vasallos y originaria de Tabasco. Y era tan excelente mujer y de buena lengua, como luego diré, a esta causa siempre traía consigo a Cortés» . López de Gómara dice de ella que era hija de padres adinerados y que había sido robada por mercaderes en tiempo de guerra y vendida como esclava hasta llegar a manos del hombre que la entregó a Cortés quien, tras entender su utilidad en la sociedad a la que se enfrentaba, «le prometió más que libertad si lo trataba con sinceridad entre él y los de su tierra, porque los entendía, y quería que ella fuera su faraute y secretaria » .

La presencia de Doña Marina es constante y fundamental para la conquista de México, al punto que Díaz del Castillo afirma que:

Doña Marina conocía la lengua de Guazacualco, que es la lengua de México, y conocía la de Tabasco, como Jerónimo Aguilar conocía la de Yucatán y Tabasco, que es todo uno. Se entendieron bien, y Aguilar lo declaró en Castilla a Cortés; Fue un gran comienzo para nuestra conquista. Y así todo nos fue hecho, alabado sea Dios, muy prósperamente. Quería declarar esto porque sin Doña Marina no podríamos entender el idioma de la Nueva España y México.

Y el propio Cortés escribió en una carta que después de Dios, esta conquista de la Nueva España se la debemos a Doña Marina. Hasta que Doña Marina aprendió español, la comunicación con los pueblos indígenas se realizaba de boca en boca entre cuatro personas y tres idiomas:desde los gobernadores locales hasta Doña Marina, quien lo traducía al idioma común que conocían Jerónimo Aguilar y ella, y a partir de ahí a Cortés. Ambos autores coinciden en afirmar que estas veinte mujeres fueron las primeras cristianas bautizadas en toda la Nueva España. Y también en que Cortés los repartió entre sus capitanes, entre ellos doña Marina, entregada al señor Alonso Hernández Puertocarrero; al menos hasta su regreso a Castilla, y doña Marina permaneció con Cortés en el inestimable papel de traductora.

El verdadero nombre de Doña Marina era Malinalli . Malinche Es, de hecho, el término con el que los indígenas llamaban a Hernán Cortés. En López de Gómara encontramos:Todas ellas (las ciudades) se alegraban mucho de que Malinxe, como la llamaban, pasara por su tierra, porque la tenían en gran estima por haber vencido a México Tenuchtitlan . Y en Díaz del Castillo, en un momento dado:Quiero decir cómo en todos los pueblos por los que pasamos y en otros donde tuvieron noticias de nosotros llamaban a Cortés Malinchi, y así le llamaré de ahora en adelante, Malinche, en todas las conversaciones que tengamos con algún indio, tanto en esta provincia como en la ciudad de México, y no le diré Cortés sino en parte que conviene . Díaz del Castillo continúa explicando cómo el nombre de la Malinche se debe a que, como siempre estaba acompañada de su traductora Doña Marina, los embajadores y jefes se referían a ella como el "Capitán de Marina", y, para abreviar, lo llamaban Malinche.

La Malinche, la madre de la cultura mestiza

El imperio mexica era la potencia hegemónica en esas tierras y muchos otros pueblos estaban sojuzgados por ellos o vivían bajo la amenaza permanente de la conquista y el sometimiento a las imposiciones e impuestos que llegaban desde la capital del imperio, Tenochtitlán. Malinalli no era mexica, así que lo que hizo fue adaptarse a las circunstancias y ayudar a su pueblo y a otros vecinos a sacudirse su sumisión al rey mexica Moctezuma, buscando el apoyo de Cortés, quien emprendió la toma de Tenochtitlán animado porque sabe que cuenta con el apoyo de numerosos aliados indígenas. Otra cosa muy distinta es cómo se desarrollaron los acontecimientos y en qué condiciones de explotación y dependencia quedó la población tras el fin de la conquista. Malinalli tuvo un hijo con Cortés, llamado Martín , quien es considerado el primer hijo mestizo de un explorador nacido en la Nueva España. Estuvo separado de su madre cuando era niño, vivió muchos años en España, sirvió en la corte del príncipe heredero —el futuro Felipe II— y fue soldado de la corona española. De regreso a México se vio involucrado en la conspiración contra las Leyes Nuevas que despojó a la segunda generación de conquistadores de todas sus propiedades para devolverlas a la Corona. Martín el Mestizo Corrió muy mala suerte, pues fue encarcelado, torturado y condenado a muerte, pena que le fue conmutada por una fuerte multa que le arruinó y le condenó al exilio en la Península Ibérica hasta su muerte.

Malinali por su parte fue entregada por Cortés en matrimonio a Juan de Jaramillo, con quien se radicó en la Ciudad de México y con quien tuvo otra hija, María Jaramillo. . La fecha de su muerte no está clara y las especulaciones sobre ella abarcan un período de más de veinte años. Desde el punto de vista español su intervención fue decisiva en la conquista, pero en México no hay unanimidad. El término peyorativo “malinchista” se asocia a quienes aprecian más a los extranjeros que a los propios, considerando que la Malinche traicionó a su pueblo aunque sus habilidades seguramente impidieron que la Conquista fuera más sangrienta de lo que fue. Pero también existe una opinión cada vez más extendida de que fue víctima atropellada por un conflicto en el que tuvo que navegar y que con ella nació la cultura mestiza, producto del encuentro de dos mundos, dos culturas, que dio lugar al nacimiento de de una nación. .

Fuente:Ni tonto ni loco, un buen regalo para estas navidades

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La Malinche, la madre de la cultura mestiza