Como Lichtenberg dijo «cuando el que manda pierde la vergüenza, el que obedece pierde el respeto «. ¿Y si quien manda lo que pierde es su cabeza? Así que puedes esperar cualquier cosa.
En 1883, debido a la terrible sequía que sufrió el pueblo de Castañas , en el estado de Chiapas (México), el alcalde tuvo la "brillante" idea de publicar este anuncio:
Considerando que el Supremo Creador no se ha portado bien una vez con este pueblo que en todo el año anterior sólo ha habido un aguacero y que este invierno no ha llovido y, en consecuencia, la cosecha de castañas que depende del pueblo, decreta lo siguiente:
1º.- Que si dentro de ocho días no llueve abundantemente nadie irá a misa ni a rezar.
2º.- Si la sequía dura ocho días más, las capillas serán quemados y destruidos los misales y rosarios del pueblo.
3º.- Si no llovía ni la semana siguiente ni la siguiente, los frailes y monjas eran quemados, y los hombres piadosos y santos azotados. En cuanto al presente, se concede licencia para cometer toda clase de pecados y para que el Supremo Hacedor sepa y comprenda de una vez por todas con quién tendrá que tratar en el futuro.
Supongo que los vecinos de Castañas tuvieron más sensatez que su alcalde ya que no hubo noticias en las siguientes semanas de quemas de iglesias o de curas... o tal vez cayó el tan esperado aguacero.
Fuentes e imagen:Nueva España, El Armario de las Ideas, Aprendiendo del pasado – José Manuel Pina Piquer