La palabra misma que proviene del griego define lo que que vamos a hablar; mega (grande) y lithos (piedra). Es decir, aquí se pueden encasillar todas las construcciones arquitectónicas que utilizan grandes bloques de piedra, desde las pirámides egipcias o mayas, hasta los recintos ciclópeos de la cultura micénica. Pero hoy en día, esta palabra se limita a la arquitectura monumental más antigua que apareció durante la prehistoria.
También podemos añadir que, a pesar de que los primeros estudios indicaron un origen mediterráneo para estas construcciones, en las grandes culturas egipcia o griega. Hoy en día, gracias a las nuevas fechas de C14, se sabe que tuvieron su origen en Europa Occidental, donde encontramos un papel especial para la Península Ibérica.
Tus constructores.
Para conocerlas un poco mejor debemos acercarnos al final del Epipaleolítico o Mesolítico peninsular, y conocer cómo son estas construcciones es el paso definitivo hacia el Neolítico. Si nos fijamos en las dataciones del C14, actualmente las más antiguas de la Península pertenecen a la costa atlántica de Portugal, donde incluso se remontan al 4.700 años a.C. Es decir, al final de la cultura de los concheros portugueses.
Si la llegada del Neolítico trae consigo la sedentarización Como una de sus principales características, el Megalitismo son los restos arqueológicos que mejor lo representan. El esfuerzo, el tiempo y el trabajo, sin olvidar la complejidad técnica de estas construcciones, son el mayor síntoma de que los primeros hombres y mujeres que practicaron la agricultura y la ganadería no tenían intención de moverse del lugar. Además de ser un auténtico símbolo de marcador territorial , mediante el cual dejaron muy claro que esas tierras pertenecían a alguien, para explotarlas económicamente al servicio de la comunidad.
Pero el megalitismo no sólo transmite sedentarización, sino que podemos deducir de su construcción aspectos como las primeras diferencias sociales . Dichas construcciones son difíciles de realizar si no hay nadie, desde quien las proyecta, hasta quien estructura la obra, que en ocasiones incluyó el desplazamiento de piedras que pasaban de varias toneladas, a cientos de kilómetros de distancia. Del mismo modo, que algunos autores como Robert Chapman, ven en la primera construcción de tumbas megalíticas un premio para los líderes y fundadores de estas nuevas comunidades neolíticas.
Otro aspecto interesante es su utilidad, ya que los diferentes tipos de construcciones que veremos a continuación llevan un carácter eminentemente religioso. aspecto. . Desde lugares de culto, hasta lugares de reunión comunitaria y especialmente un sitio para enterrar a sus muertos. Con el megalitismo nació por primera vez el concepto de necrópolis, este lleva consigo una clara separación del mundo de los vivos del de los muertos. Su uso nos muestra una vez más su clara determinación de sedentarización, en definitiva, fueron reutilizados durante miles de años, incluso hasta la llegada de las comunidades metalúrgicas.
Distribución en toda la Península Ibérica y sus principales ejemplos.
Sin más dilación veremos algunos ejemplos que nos ayudarán a comprender mejor estas construcciones megalíticas de la Península Ibérica. No sin antes hacer un par de párrafos; El primero de ellos es apreciar que la mayoría de estas construcciones son periféricas, es decir, muy pocas se han encontrado en el interior de la península. Además, a los que se encuentran principalmente en la meseta norte, desde Salamanca a Burgos, se les suele asignar algún tipo de conexión con los portugueses o los del Cantábrico. Un segundo aspecto importante es el uso esencialmente funerario de estas construcciones en la Península Ibérica, salvo contadas excepciones en Portugal y Cataluña de mehires y cromlechs.
Portugal.
Sin duda uno de los espacios geográficos más interesantes para conocer el Megalitismo Ibérico. Cabe destacar que en su fachada atlántica de norte a sur se han ubicado miles de estas construcciones, desde simples menhires hasta complejas cámaras funerarias. A pesar de poder encontrarlos en todo el país, dos regiones se llevan la palma; El Alentejo y el Algarve. Recordemos como se ha señalado que son las más antiguas de la Península Ibérica, con más de 6.700 años de historia. De todos ellos, por su singularidad, os presento estos dos, y os invito a visitar esta página web:portugalnummapa
Crómlech de los Almendros.
Para localizarlo nos dirigiremos al centro del país portugués, a medio camino entre las ciudades de Badajoz y Lisboa. Allí encontraremos una de las construcciones más originales de la Península. Se trata de un gran círculo de menhires, de los que todavía se pueden ver alrededor de un centenar.
Tras ser descubierto en los años 1960, su datación ha revelado que es mucho anterior a la construcción del famoso Stonehenge. Algunos se aventuran a confirmar que se inició en el año 6.000 a.C., para completarse con la llegada del megalitismo en el V milenio a.C. La verdad es que parece ser un templo ya que hasta él llegaba un camino de terracería, sin duda podría ser un lugar de peregrinación o reunión comunitaria. Es más complicado entrar en las interpretaciones sobre su posible significado astronómico, pero su orientación con el astro rey se hace evidente.
Alce Zambujeiro.
No hace falta caminar mucho para conocer la siguiente de estas construcciones. A tan sólo 10 km encontramos uno de los dólmenes más importantes de la Península Ibérica, cabe destacar que "anta" es el nombre portugués para este tipo de construcciones megalíticas.
Fue construido alrededor del año 3000 a.C. Sus enormes dimensiones, hasta 6 m. de altura interior, te trasladan a un lugar privilegiado para conocer este tipo de construcciones en la Península. En su interior hay una sala que sirve de cámara funeraria cubierta por grandes losas, que se apoyan en siete grandes piedras verticales. Para llegar a él había un pasillo de 15 m de largo. También cubierto especialmente en su último tramo.
Destacar que el uso de estos espacios no fue por tiempo restringido. Pero los depósitos de los difuntos se realizaban en algunos casos a lo largo de miles de años, para colocar a los últimos individuos, los restos más antiguos se colocaban junto a sus pertenencias. Además de significar que en estos lugares se realizaban ritos de despedida de los difuntos, esto se deduce del encuentro de fuego u ocre en estas estancias.
Galicia y Costa Cantábrica.
A lo largo del norte peninsular, desde Galicia hasta Navarra, se han localizado un gran número de estas construcciones, especialmente con funciones funerarias. Destaca también el importante número de ellos con grabados y rótulos que siguen incidiendo en la cuestión de la territorialidad.
Las más antiguas pertenecen aproximadamente al 4.300 a.C., es decir, unos siglos después del inicio de estas construcciones en Portugal, pero con gran similitud con estas últimas.
Dolmen Dombate.
Para encontrar la construcción más significativa de esta zona debemos dirigirnos a la localidad coruñesa de Cabaña de Bergantiños, situada a unos 60 km de la capital. Se trata de un dolmen muy similar al descrito en Zambujerio, pero de menor tamaño. Su altura era de aproximadamente 1,80 m. y curiosamente su portada estaba sostenida por siete grandes piedras. Es difícil determinar si este número significó algo para los habitantes del Neolítico, pero esta cantidad se ha encontrado en varios además de Dombate y el descrito anteriormente.
Su estudio ha revelado aspectos interesantes, como la temática de los grabados, ya que muchas de las losas tenían este tipo de ornamentación. Por otro lado, los curiosos intervalos de su uso, ya que su primera construcción se remonta al año 3.800 a.C. Mil años después, se completó con el acceso por el corredor y una gran losa que hacía las veces de puerta. Por último, cabe destacar que durante la cultura campaniforme, es decir hacia el año 2.000 a.C., su uso fue completo, para ser abandonado progresivamente tras la desaparición de dicha cultura.
Andalucía.
Según estudios recientes, en la comunidad andaluza se han catalogado más de 1.500 construcciones megalíticas. Curiosamente la mayor concentración se encuentra en ambos extremos, las provincias de Almería, Granada y Huelva, pero la más espectacular de todas y que sirve de portada a este artículo se encuentra en la provincia de Málaga.
Conjunto Arqueológico de Dólmenes de Antequera.
Nombre adoptado en 2016, tras ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Es una zona de museos en el entorno de la ciudad malagueña de Antequera. En concreto, se trata de una serie de yacimientos que van desde el Neolítico, datando el más antiguo del año 4.500 a.C., hasta las distintas etapas de la prehistoria reciente. Los más importantes son los siguientes.
Dolmen de Menga.
Sin duda, para los expertos en el tema, una de las construcciones megalíticas más impresionantes y peculiares de toda Europa. Su construcción tuvo lugar hace unos 5.700 años. Se trata de una enorme tumba de corredor, que contiene algunas de las soluciones constructivas más interesantes de Europa, sobre la que se siguen desatando diversas conjeturas.
Se distribuye en tres partes, un atrio que actúa como salón y que algunos catalogan como una parte más del corredor que da acceso a la gran cámara funeraria. Llaman la atención varios aspectos de él, como los tres pilares centrales y alineados, únicos en el mundo megalítico, y que sostienen las enormes losas del techo con un peso aproximado de 120 toneladas, hecho que revela la enorme cantidad de personas. quienes tuvieron que trabajar en su construcción.
Otros aspectos interesantes son un pozo muerto en su interior, con una profundidad de unos 20 m. que se desconoce su utilidad, o la incógnita de su orientación frente a la salida del sol.
Dolmen de Viera.
Más pequeña que la anterior y descubierta por los hermanos Viera a principios del siglo XX. También es una tumba de corredor, aunque de menor tamaño que el Dolmen de Menga, a diferencia de este último por su orientación respecto al sol, habitual en este tipo de construcciones. En otras palabras, durante los equinoccios de primavera y otoño, el sol entra por el fondo de la cámara funeraria. Su construcción fue posterior a la de su compañera y por ello se especula que pudo ser de una comunidad con costumbres religiosas diferentes.
Dolmen del Romeral.
En este caso nos encontramos ante una nueva tumba de corredor, que ha sido situada a unos dos kilómetros de las anteriores. Descubierta por la misma bella Viera a principios del siglo XX. Entre sus peculiaridades destaca la doble cámara funeraria y su orientación hacia la cercana Sierra del Torcal. Este hecho genera especulaciones de distintos motivos religiosos a la hora de construir estos depósitos funerarios. Por último, cabe destacar que su datación hizo que fuera el último de los tres en construirse, especulándose incluso que sus impulsores pertenecían a las primeras culturas metalúrgicas.
Cataluña.
En la zona de Cataluña encontramos un aspecto geográfico que nos ha llamado la atención, se trata de la línea limítrofe del río Llobregat, por alguna circunstancia desconocida prácticamente no existe representación al al sur de dicho río. Por otro lado, algunos restos encontrados que describiremos a continuación han aportado información sobre los contactos culturales transpirenaicos.
Conjunto megalítico de Rosas.
Situada al norte de la provincia de Girona y junto al mar encontramos esta popular ciudad costera. Junto a él, en la montaña que domina la bahía, un espectacular paseo de poca dificultad nos lleva a contemplar diferentes construcciones megalíticas, entre ellas dólmenes, menhires y cistas funerarias.
De todos ellos, el más importante por tamaño y conservación es el Dolmen de la Creu d’en Cobertella , destacar también que es el más grande de toda Cataluña. Esta tumba de corredor data aproximadamente del año 3.000 a.C., tiene unas dimensiones interiores de 5 m. de largo y más de 2 m. Alto. Su techo es una gran losa que pesa más de 4 toneladas.
Como novedad, cabe destacar que hay dos menhires, (menhires de la Casa Cremada ) con una altura aproximada de 2,40 m. Como se ha dicho, este tipo de construcción megalítica, por cierto la más sencilla, no es muy común dentro de la península.
Yacimiento arqueológico de Reguers de Seró.
Dejamos para el final uno de los grupos posiblemente más desconocidos, pero sin duda el más curioso de la Península. Descubierto en 2007 mientras se realizaban obras de construcción de un canal de riego. Tenga en cuenta que una de las máquinas que trabajó en él chocó contra unas grandes losas de piedra.
Tras las diferentes investigaciones arqueológicas, se consideró que su último uso fue como gran cista funeraria del III milenio a.C., utilizada por tanto por las llamadas culturas del Cubilete. Pero lo que más llamó la atención fueron las decoraciones grabadas que tenían los monolitos, luego de diversas investigaciones se constató que habían sido reutilizadas. Así, se dictaminó que su primer uso fue como dos grandes estelas, la mayor de las cuales medía más de 5 m. Alto. Posiblemente fueron un gran marcador territorial, pero lo más curioso es su vinculación con otros más cercanos al Prepirineo catalán, y con otros situados al otro lado del Pirineo. Sin duda es un síntoma de algún tipo de contacto cultural o incluso religioso.
Hoy en día las estelas se pueden contemplar en el museo “Seró espai Trasmissor” situado cerca del municipio leridano de Artesa de Segre. Dirigida también por un gran amigo y mejor profesional, Xavi Bermúdez. Su visita no os dejará indiferente, os invito a conocerlo mejor en su web:museucn
Cualquier lista de este tipo está sujeta a diferentes interpretaciones, seguramente querrás aportar alguna más, te invito a hacerlo en la sección de comentarios.
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Más información:
Prehistoria reciente de la Península Ibérica, Coor. Mario Menéndez, Ed. Uned, 2013
Imágenes:commons.wikimedia
Imagen de portada:javierperezgonzalez