Atenas había perdido la Guerra del Peloponeso contra Esparta y se rindió en el 404 a.C. Durante un breve periodo de tiempo la ciudad estuvo gobernada por los Treinta Tiranos impuestos por los espartanos, aunque sólo un año después, en el 403 a.C. Trasíbulo logró expulsarlos y restaurar la democracia.
Siguieron años difíciles cuando Atenas, ahora aliada con sus antiguos enemigos Corinto, Argos y Tebas, se opuso al dominio espartano y trató de recuperar la hegemonía en el mar. La ciudad quedó empobrecida, los campos destruidos y la explotación de las minas interrumpida.
Por eso el pueblo estaba a favor de la guerra, que les permitía subsistir, mientras que los ricos se oponían, ya que exigía desembolsos cada vez mayores. En este ambiente de angustia social y política, el dramaturgo Aristófanes escribe su obra Las asambleistas en el año 391 a.C., apenas 13 años después de la derrota ateniense.
La obra, que pretende criticar al gobierno ateniense de la época, cuenta cómo las mujeres asumen el control y establecen reformas que prohíben la propiedad privada, imponen la igualdad sexual para jóvenes, viejos y feos, y la colectivización de campos, negocios, niños y esposas. /P>
La obra finaliza con un banquete, el primero organizado por el nuevo sistema político, con el que las mujeres intentan complacer a todos los asistentes. Para ello, preparan un plato que se compone de numerosos ingredientes diferentes y dispares, con el fin de complacer a todos. Aristófanes utiliza aquí un recurso que busca resaltar con humor este intento de establecer la paridad también en la comida, e inventa el nombre del plato:
En griego el nombre del plato es λοπαδοτεμαχοσελαχογαλεοκρανιολειψανοδριμυποτριμματοσιλφιοκαραβομελιτοκ ατακεχυμενοκιχλεπικοσσυφοφαττοπεριστεραλεκτρυονοπτοκεφαλλιοκιγκλοπε λειολαγῳοσιραιοβαφητραγανοπτερύγων, y ocupa 6 versos y medio con un total de 171 letras y 78 sílabas.
Durante siglos ha sido considerada la palabra más larga de toda la literatura universal (y de la lengua griega), con el añadido de que se encuentra en una obra de teatro y por ello se supone que el actor que interpreta al personaje que la pronuncia debe memorizarla.
Sin embargo, algunas traducciones de la obra de Aristófanes optan por ponérselo más fácil a los actores y sustituir la palabra por una traducción más o menos fiel de los elementos que la componen.
En el caso de la traducción de Federico Baraibar y Zumárraga, publicada en 1880, se sustituye por ostras, cecina, rayas, lampreas, sesos en salsa picante, silfio, puerros bañados en miel, zorzales, mirlos, palomas torcaces, pichones, crestas de gallo asado, chochas, pichones, liebres cocidas en almíbar y sustancia de alitas .
La traducción literal es muy similar:plato de pescado en rodajas con restos de raya de cabeza de tiburón popurrí picante con cangrejo de mar silphium con zorzal derramado sobre mirlo paloma torcaz cabeza de gallo asado pichón de liebre bañado en vino y aletas crujientes /em> .
Todo esto delicatessen que posiblemente formaba parte de la gastronomía ateniense con el consiguiente toque irónico de Aristófanes.