Pero la superioridad de la Wehrmacht no era sólo cuantitativa:estaba preparada para la agresión. Sus tropas estaban concentradas en agrupaciones compactas que contaban con todo lo necesario para las operaciones. Los soldados y oficiales tenían experiencia en combate, habían estado en la escuela de fuego del oeste y sureste de Europa.
En cuanto a las fuerzas del Ejército Rojo, no estaban preparadas para enfrentarse y no habían completado su despliegue estratégico. Estaban esparcidos en un inmenso frente de 4.500 kilómetros de longitud y 400 kilómetros de profundidad. Muchos regimientos y divisiones carecían de efectivos; la división de infantería alemana tenía 16.800 hombres, la división soviética 14.400 hombres. Pero, en realidad, los efectivos de la mayoría de nuestras divisiones no superaban los 8.000 hombres. Siguiendo las directivas del gobierno, el alto mando del ejército soviético no había autorizado el despliegue previo de tropas y la ocupación por ellas de posiciones de combate.
Además, la construcción de obras defensivas a lo largo de la frontera estaba lejos de estar terminada. La fuerza aérea había recibido órdenes de no derribar aviones alemanes que violaran el espacio aéreo de la U.R.S.S. sino simplemente obligarlos a aterrizar. Sin embargo, seis meses antes de la guerra, se habían registrado 152 casos de violación del espacio aéreo ruso por parte de aviones alemanes que realizaban tareas de reconocimiento.