Historia antigua

Milicianos o soldados

Milicianos o soldados

A principios de septiembre se constituyeron dos nuevas centurias extranjeras:una francesa, denominada Comuna de París y a la que se incorporaron algunos polacos; un italiano, que toma el nombre de Gastone Sozzi. A estas dos nuevas centurias se unió una columna catalana de 2.000 hombres, la columna Libertad, que tomó el camino de la capital, seriamente amenazada por el avance rebelde cuyo punto de avanzada estaba en Talavera de la Reina.
La Los ojos del mundo están puestos en España. Los riesgos políticos internacionales del drama que se desarrolla en la península son cada día más evidentes. Sobre el papel, los países totalitarios, las democracias occidentales y la U.R.S.S. se comprometieron a no intervenir en la guerra civil. De hecho, Mussolini y Hitler violaron este compromiso incluso antes de que se secara la tinta, el primero para ampliar su zona de influencia en el Mediterráneo, el segundo para probar su mando y su equipamiento para la guerra mundial que preparaba; ambos para promover, en España, el establecimiento de un régimen similar al suyo.
El Duce envía aviones, tanques y hombres; el Führer, los aviadores de la legión "Cóndor" y excelentes asesores militares. A pesar del desequilibrio de fuerzas resultante, Gran Bretaña pretende seguir contando los golpes; Para no disgustarla, Léon Blum, en Francia, siguió aferrándose a la no intervención. La U.R.S.S. de Stalin, no podía permitirse el lujo de desperdiciar, permaneciendo enteramente neutral, el capital de prestigio del que gozaba ante la izquierda mundial:a principios de octubre de 1936, denunció la no intervención y comenzó a entregar armamento a España. República y algunos especialistas militares, aunque sin comprometerse plenamente.
Varios partidos comunistas ya habían exigido la ayuda a la España republicana. El primero, el clandestino Partido Comunista Alemán, había llamado a sus compatriotas emigrantes a salir a luchar. En París, dentro de los confines del Vél’ d’Hiv’, resonó el grito:“¡Aviones, cañones para España! »
En la propia España, los comunistas, a diferencia de otras organizaciones de izquierda, rápidamente se pronunciaron a favor de sustituir las milicias por un nuevo tipo de ejército regular. Predicando con el ejemplo, habían incorporado a sus propios milicianos en un regimiento -el 5'- llamado a convertirse en el núcleo de este ejército. Dentro del Komintern, fue el Partido Comunista Español el primero en defender y adoptar la idea de organizar el envío a España de una brigada internacional en la que se reincorporaran los primeros voluntarios extranjeros y los que vendrían de allí. El líder del PC italiano, Palmiro Togliatti, que bajo el seudónimo de Ercoli era también jefe del secretariado de la Comintern para los países latinos, apoyó fervientemente esta idea, en cuya realización se vio involucrado, por la fuerza de la geografía, en primer lugar, el Partido Comunista Francés.
En España, sin embargo, la idea tropezó con una doble reticencia:la del gobierno republicano (que comenzó proponiendo la simple reconstitución de la legión extranjera) y la de los anarquistas, hostiles tanto a cualquier iniciativa de origen comunista como a cualquier ejército regular (su lema en aquella época era:"¡Milicianos, sí! ¡Soldados, nunca!"). Pero los acontecimientos eran apremiantes y el gobierno se dejó convencer:no debería arrepentirse.


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