En 2010 comenzó la Primavera Árabe un movimiento de protesta en los países musulmanes iniciado en Túnez y que continúa hasta el día de hoy.
El movimiento se caracteriza por la lucha por la democracia y mejores condiciones de vida resultantes de la crisis económica, el desempleo y la falta de libertad de expresión.
Entre los países involucrados se encuentran:Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Argelia, Siria, Marruecos, Omán, Bahréin, Jordania, Sudán, Irak.

Causas principales
Las causas de la Primavera Árabe se pueden resumir en:
- desempleo;
- alto nivel de corrupción por parte de los líderes y la sociedad;
- falta de libertad política y de expresión;
- población joven, educada y atenta a la actualidad política mundial;
- percepción de aislacionismo y desprecio por parte de la élite del país.
El comienzo:Túnez y la revolución del jazmín
El descontento de los tunecinos con el gobierno del dictador Zine el-Abidine Ben Ali (1936) desencadenó una serie de protestas que se conocieron como la "Revolución de los Jazmines".
En señal de protesta por la falta de condiciones y la brutal represión policial, el joven Mohamed Bouazizi (1984-2011) se prendió fuego. Este hecho dio a conocer la revolución en Túnez y aumentó aún más la revuelta de la población.
Después de diez días, Túnez logra derrocar al dictador y celebra las primeras elecciones libres.
Desarrollo en varios países

Después de Túnez, el movimiento se extendió a otros países árabes que, como su ejemplo, lucharon contra la represión de dictadores que habían estado en el poder durante décadas.
En algunos países, sin embargo, las manifestaciones continúan hasta el día de hoy, como en Argelia y Siria.
Siria
Las protestas en Siria han desatado una violenta guerra civil que cuenta con el apoyo de ambos países occidentales, Rusia y el Estado Islámico.
Los sirios luchan por el derrocamiento del dictador Bashar al-Assad (1965), que ha gobernado Siria durante más de cuatro décadas.
En ese país, sin embargo, los manifiestos han alcanzado proporciones superiores a las expectativas, que se revelan en sus graves consecuencias. Se trata del uso de armas químicas y biológicas utilizadas en combate por parte del gobierno sirio. Las cifras apuntan a miles de muertos y un millón de refugiados.
Ver también:Guerra en SiriaEgipto
En Egipto, la revolución pasó a ser conocida como "Días de ira", "Revolución del Loto" o "Revolución del Nilo". Miles de ciudadanos salieron a las calles para exigir el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak (1928, que dimitió tras 18 días de protestas.
En este país, los "Hermanos Musulmanes" jugaron un papel fundamental para garantizar la continuidad del Estado de derecho y canalizar los deseos de la población.
Argelia
En Argelia, las manifestaciones fueron duramente reprimidas por el gobierno con la detención de líderes de la oposición.
Las protestas continúan, ya que el líder del gobierno que la población pretendía derrocar, Abdelaziz Bouteflika (1937), ganó las elecciones y permanece en el poder.
Yemen
Yemen también provocó la caída del gobierno del dictador Ali Abdullah Saleh (1942-2017) meses después de que comenzara el levantamiento popular. Quien asume el gobierno es su adjunto, Abd Rabbuh Mansur Al-Hadi (1945), quien se comprometió a realizar una transición negociada.
Para ello contó con la ayuda de los cinco países que integran el Consejo de Seguridad de la ONU, más dos de la Unión Europea. Estaban más interesados en hacer del país un lugar alineado con su política antiterrorista, sin consultar a los diferentes grupos étnicos que componen el país.
El resultado fue una sangrienta guerra civil que paraliza a esta nación de 20 millones de habitantes, donde el 90% depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
Arabia Saudita, apoyada por Estados Unidos, Inglaterra y varios países árabes, ha intervenido militarmente en la región desde 2015, en un conflicto que ya se ha cobrado 10.000 vidas.
Libia

Los levantamientos en Libia tenían como objetivo poner fin al gobierno del dictador Muammar al-Gaddafi (1940-2011), quien fue asesinado dos meses después de que comenzaran las protestas.
Sin el fuerte poder centralizado de Gadafi, Libia se sumió en una guerra civil y fue uno de los movimientos más violentos de la Primavera Árabe.
Hasta el día de hoy, el país aún no ha encontrado estabilidad política y varias facciones luchan entre sí.
Marruecos, Omán y Jordania
En estos tres países también hubo manifestaciones por más libertades y derechos. Sin embargo, los gobiernos entendieron que era mejor hacer cambios antes de que la situación se saliera de control.
Así, Marruecos, Omán y Jordania se anticipan a las elecciones, reformando sus constituciones y cargos políticos, atendiendo parte de las demandas solicitadas por la población.
El papel de las redes sociales
El número de usuarios de las redes sociales, especialmente Facebook y Twitter , aumentó sustancialmente en los países árabes al comienzo del movimiento.
Las redes sociales fueron el vehículo de difusión utilizado para informar sobre el movimiento, así como una forma de expresar opiniones e ideas sobre el tema.
Asimismo, sirvió para sortear la censura de periódicos, televisiones y radios controlados por el gobierno en varios países.
Muchas protestas fueron marcadas y organizadas por la población a través de las redes. Periodistas y analistas, a su vez, difundieron más rápidamente sus contenidos a través de este mecanismo, que fue restringido por los gobiernos cuando se dieron cuenta de su fortaleza.
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