Historia antigua

La "guerra de los pasteleros"... Se hace cumplir la "justicia" de las cañoneras

La  guerra de los pasteleros ... Se hace cumplir la  justicia  de las cañoneras

En 1832, el pastelero francés Remonde, que vivía en México, protestó con una carta a su compatriota el rey Luis Felipe, en la que decía que su tienda cerca de la ciudad de México había sido saqueada por los mexicanos. Incluso exigió una indemnización de 60.000 pesos.

Y esa época fue una época de agitación en el gran país latinoamericano. Las pandillas proliferaban y el gobierno no podía controlar la situación. Por otro lado, México tenía a Estados Unidos y Gran Bretaña como sus principales socios comerciales. Francia se quedó sin ninfa y deseaba entrar…

En cuanto a Remonde, las autoridades mexicanas estimaron los daños a su tienda en 1.000 pesos y se negaron a pagarle la enorme cantidad que pedía. Un caso similar fue el caso Pacifiko de Grecia, unos años más tarde.

Los franceses no dejaron todo el asunto sin explotar. De hecho, sumaron acusaciones contra los mexicanos. Así recordaron el saqueo de las tiendas francesas en México en 1828 y la ejecución de un francés condenado por piratería en 1837. Así, en 1838 el gobierno francés presentó una nueva factura de costas exigiendo la enorme suma de 3 millones de francos franceses en el tiempo (600.000 pesos) como compensación.

El presidente mexicano, Anastasio Bustamante, por supuesto, se negó a que su país pagara esta cantidad. En respuesta, los franceses enviaron una flotilla a México al mando del contralmirante Charles Boudin con la misión de bloquear los puertos mexicanos y capturar la ciudad de Veracruz.

La flotilla de Boudin estaba formada por cuatro fragatas, dos corbetas, ocho barones y dos cañoneras. Los franceses atacaron Veracruz y bombardearon ferozmente la fortaleza allí a partir del 27 de noviembre de 1838, que se rindió. Los franceses desembarcaron entonces 3.000 de sus hombres y tras derrotar a los mexicanos ocuparon la ciudad el 5 de diciembre.

México declaró formalmente la guerra a Francia, pero probablemente fue una medida sólo por el precio de las armas, ya que prácticamente no había nada más que pudiera hacer.

Pero lo peor para los mexicanos fue la exclusión. Contrabandistas mexicanos intentaban mover mercancías a través de Texas , pero los texanos redujeron lentamente su acción por temor a represalias francesas y Estados Unidos había enviado un barco propio para reforzar el bloqueo francés.

La política francesa de cañoneras volvió a poner en primer plano al general mexicanoAntonio López de Santa Anna, que luchó contra los franceses e incluso perdió una pierna al disparar con un cañón francés. Este hecho lo llevó gradualmente al poder.

Finalmente la "guerra de los pasteleros" terminó el 9 de marzo de 1839 con la mediación británica. Los franceses ganaron los 600.000 pesos que exigían, además de privilegios comerciales en México. Sin embargo, los mexicanos, aunque estuvieron de acuerdo, nunca pagaron esta cantidad. El emperador francés Napoleón III se basó en el impago para intervenir nuevamente en México en 1861.

La "justicia" de las cañoneras había triunfado. Los franceses tuvieron pérdidas totales de 32 muertos y 60 heridos. Los mexicanos sufrieron alrededor del triple de bajas.