Los aztecas, o más exactamente los mexicas, fueron una civilización próspera que existió en el centro de México durante los siglos XIV, XV y XVI. Eran muy hábiles en diversos logros culturales, artísticos y arquitectónicos, incluida la construcción de impresionantes templos y monumentos, el desarrollo de prácticas agrícolas avanzadas y la creación de hermosas obras de arte y esculturas.
Si bien entre los aztecas se practicaban sacrificios humanos y canibalismo ritual, es esencial comprender el contexto cultural y religioso en el que tuvieron lugar estas prácticas. Los aztecas creían que los dioses requerían sacrificios humanos para mantener el equilibrio del universo y asegurar la continuidad de la vida. Los corazones de las víctimas de los sacrificios se consideraban ofrendas sagradas y su consumo se consideraba un acto de devoción a los dioses.
Es crucial reconocer que estas prácticas eran parte de un sistema religioso y una cosmovisión complejos que existían dentro del contexto más amplio de la sociedad y las creencias aztecas. Juzgar a los aztecas únicamente por sus prácticas rituales sin considerar los factores culturales, históricos y sociales de su época puede resultar engañoso y demasiado simplista.
Hoy en día, el legado de los aztecas se celebra por sus notables contribuciones al arte, la ciencia y la civilización, en lugar de centrarse únicamente en los aspectos más sensacionales de sus prácticas.