1. Ubicación estratégica: Bizancio está situada en el cruce de Europa y Asia, con acceso tanto al Mediterráneo como al Mar Negro. Esto lo convirtió en un importante centro comercial y militar, lo que permitía un fácil transporte de mercancías y tropas entre diferentes partes del imperio.
2. Control sobre el Estrecho del Bósforo: Bizancio controlaba el estrecho del Bósforo, que es el único paso marítimo que conecta el Mar Negro con el Mar Mediterráneo. Esto le dio a Constantino la capacidad de controlar los movimientos comerciales y navales en la región.
3. Defensibilidad natural: La ciudad estaba situada en una península, rodeada de agua por tres lados. Esto proporcionó defensas naturales contra posibles ataques y dificultó la captura de los enemigos.
4. Infraestructura existente: Bizancio ya era una ciudad bien establecida con una población de más de 100.000 personas. Esto significó que Constantino no tuvo que invertir mucho en la construcción de nueva infraestructura, ya que podía hacer uso de las instalaciones y recursos existentes.
5. Significado simbólico: Bizancio tuvo importancia histórica como ciudad legendaria fundada por Byzas, un colono griego. Al elegir Bizancio como capital, Constantino se conectaba con el pasado y se presentaba como un sucesor legítimo de los emperadores romanos.
6. Nuevo comienzo: Constantino quería distanciarse de la corrupción y decadencia de Roma y establecer una nueva capital que representara un nuevo comienzo para el imperio. Bizancio le ofreció la oportunidad de crear una nueva ciudad y darle forma según su propia visión e ideales.
Al elegir Bizancio como capital, Constantino creó un centro estratégico, defendible y simbólico para su imperio, contribuyendo al eventual ascenso de Constantinopla como una importante ciudad global.