El emperador Vespasiano, a menudo atacado por Suetonio por sus hábitos
El emperador Vespasiano, como es bien sabido, era un hombre pragmático y poco dado a las costumbres y al alboroto.
Originario de Sabina, criado en el campo bajo la dirección de su abuela paterna, lo encontró con un carácter práctico, fuerte, a menudo rudo, fiel al tipo de disciplina que le impartieron durante su infancia.
También por esta razón, a diferencia de la mayoría de los romanos ricos, no le gustaba usar perfumes ni ungüentos .
Y, al parecer, no le gustaban los que, a diferencia de él, se vestían de pies a cabeza.
Suetonio, El historiador más curioso y chismoso de la Antigua Roma, dice que un día un joven fragante apareció en presencia del emperador Vespasiano.
El chico quiso agradecerle por nombrarlo prefecto y evidentemente, al parecer "pulido", pensó que estaba dando una mejor impresión.
Nada más malo.
Vespasiano, con el ceño fruncido y la voz severa, le dijo: “Hubiera preferido que olieras a ajo”.
No sólo eso:¡incluso revocó su nombramiento!
La anécdota es sencilla y, en cierto sentido, incluso divertida, como de hecho las narradas por Suetonio lo son casi siempre, triviales sólo en apariencia, cuando, en realidad, nos ayudan enormemente a comprender la personalidad, sus fortalezas y debilidades. de los más grandes políticos romanos (Foto de :studenttop.it).