Como señala François-Xavier Fauvelle, África nunca se ha quedado quieta. Albergó reinos como los de Ghâna y Mâli en la Edad Media o, más tarde, los de Kongo y Dahomey. También conoció ciudades-estado como Mombasa, en la actual Kenia, o Kilwa, en Tanzania, e incluso formas singulares de organización,