Salvó a más de 2.500 niños judíos del Holocausto. Como escribió maravillosamente Marek Michalak, ex Defensor del Niño, ella salvó no sólo sus vidas, sino también su identidad, su infancia y su humanidad. Hasta el final se mantuvo modesta y auténtica, luchó por el bien y se preocupó por los más débil