Este período de estabilidad y éxito económico, también marcado por la revolución religiosa de Akenatón, dio a Egipto, en su apogeo, sus soberanos más famosos. Hatshepsout, Tutankamón, Ramsés II… están enterrados en suntuosas tumbas subterráneas. Busto de Nefertiti, esposa del faraón hereje Akenató